Mamnún Husein, un empresario sureño de perfil bajo y fiel aliado de Sharif

  • El nuevo presidente paquistaní, Mamnún Husein, es un pequeño empresario textil de la ciudad meridional de Karachi cuyo mayor mérito político es, según los analistas, su inveterada fidelidad al líder de su partido y primer ministro, Nawaz Sharif.

Islamabad, 30 jul.- El nuevo presidente paquistaní, Mamnún Husein, es un pequeño empresario textil de la ciudad meridional de Karachi cuyo mayor mérito político es, según los analistas, su inveterada fidelidad al líder de su partido y primer ministro, Nawaz Sharif.

En algunos retratos de la prensa local se recuerda la lealtad de Husein a Sharif, incluso en los años del exilio del actual primer ministro durante la década pasada.

Un rasgo muy destacado, en este caso por la prensa de la vecina India, es que nació en 1940 en la localidad india de Agra, con lo cual se une al grupo de dirigentes del subcontinente que nacieron antes de la partición en un territorio ahora ajeno.

En ese grupo está el actual primer ministro indio, Manmohan Singh, nacido en el actual Pakistán, o el exgeneral y presidente paquistaní Pervez Musharraf, nacido en Nueva Delhi.

El nuevo jefe de Estado pertenece a la minoría mohayir, hablantes de urdu que emigraron de la India a Pakistán tras la partición del imperio británico en 1947 y que han tenido durante décadas el dominio de la ciudad de Karachi.

Husein casi no ha ocupado cargos institucionales y su puesto de mayor envergadura fue el de gobernador de la provincia meridional de Sind, que ocupó en 1999 durante unos meses antes de que Sharif, entonces primer ministro, fuera depuesto por un golpe de Estado.

Mamnún Husein, graduado en administración de empresas, levantó su negocio textil en la mayor ciudad paquistaní y el pulmón financiero del país, Karachi, donde llegó a presidir la asociación de comercio a pesar de no figurar entre los grandes empresarios de la zona.

Los retratos destacan, sin embargo, su capacidad negociadora y cierta bonhomía que le servirán a Sharif para acercarse a un territorio relativamente ajeno a él, el empresariado de la oriental Lahore, el otro gran polo económico del país.

Los gobernantes paquistaníes siempre han debido equilibrar el gran peso político de Lahore, capital de la provincia del Punyab -la más poblada de Pakistán-, con el fuelle económico del puerto de Karachi, una caótica y violenta urbe de 20 millones de habitantes.

No es casual que tanto Husein como los candidatos de los dos grandes partidos opositores, el PPP de la saga Bhuto y el PTI del excriquetista Imrán Khan, procedan de Karachi, conscientes como son todos de la importancia de los equilibrios regionales y étnicos.

El nuevo jefe de Estado, que ha sido elegido con una abrumadora mayoría, reflejo del actual dominio en Pakistán de la Liga Musulmana encabezada por Sharif, que ha recabado, además, el apoyo de otras fuerzas parlamentarias minoritarias.

"Si soy elegido, me aseguraré de que no soy el presidente de un partido, sino de todos los paquistaníes", dijo el presidente la semana pasada en un rueda de prensa en la mostró su voluntad de trascender en lo posible las divisiones que asuelan su país.

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