Margallo ve un éxito "de la nación española, una y diversa”, el papel en el consejo de seguridad de la onu


El ministro de Asuntos Exteriores y Cooperación, José Manuel García Margallo, considera un éxito "de la nación española, una y diversa”, el papel jugado en el Consejo de Seguridad de la ONU.
Así lo afirmó durante el debate en el pleno del Congreso de los Diputados de una proposición no de ley del PP que fue respaldada también por el PSOE y que desgrana una serie de objetivos para el periodo que resta de España como miembro electo no permanente de ese organismo para el bienio 2015-2016.
Margallo tomó la palabra para subrayar que España contó con 132 apoyos para entrar en el Consejo de Seguridad por cuarta vez en su historia desde que se incorporó al sistema de Naciones Unidas, hace setenta años. El éxito no es de un partido ni de un Gobierno, dijo, sino de la nación española en su conjunto, de toda la sociedad.
Reiteró que una de las prioridades de España es potenciar el papel preventivo del Consejo de Seguridad, y por ello los días 28 y 29 de julio se celebrará en Madrid una reunión del Comité dedicado a ello, a la que asistirán las víctimas, “cuya voz nos importa y debe ser oída” y que contará con una exposición para que la opinión pública “conozca lo que el terrorismo ha sido”.
Margallo desgranó otras prioridades plasmadas en la iniciativa y agradeció el apoyo del PSOE expresado por la exministra Trinidad Jiménez. También del PP, grupo al que dijo con una sonrisa: “si se trataba de hacer la pelota, lo han hecho ustedes divinamente”.
Jiménez subrayó que el PSOE ha apoyado desde el primer momento la candidatura de España para ocupar ese puesto y los esfuerzos desplegados para ello, y por ese mismo motivo anunció su voto favorable a la iniciativa, pese a echar en falta “algo más de concreción” y “ambición” en el planteamiento de los objetivos.
Denunció, por ejemplo, la “insuficiente” dotación de España para atender desastres humanitarios, con solo 17 millones en 2015 cuando las organizaciones internacionales cifran la aportación necesaria en unos 125, teniendo en cuenta que hay 51 millones de personas refugiadas o desplazadas en todo el mundo.
Joan Josep Nuet, del grupo de IU, ICV-EUiA, Cha: La Izquierda Plural, quiso desmontar “dos falacias” en las que el PP asienta su posición en este ámbito: que sus políticas son “de Estado” cuando en realidad no reflejan la plualidad del Parlamento, y que “lo están haciendo bien”.
En nombre de CiU, Feliu Joan Guillaumes comparó la iniciativa con un botafumeiro que expulsa incienso para intentar extender el mensaje de que el Gobierno lo está “haciendo muy bien”. Sin embargo, dijo, queda por saber si el compromiso de España ante ese papel, por ejemplo en relación a los flujos migratorios, será como el del cerdo que aporta el bacon o el de la gallina que pone los huevos, porque en su opinión son muy diferentes. En su respuesta, el ministro recordó que el debate sobre esos flujos está ahora centrado en la Unión Europea y le pidió no mezclar huevos con bacon, gallinas con cerdos ni churras con merinas.
Rafael Calduch anunció el voto favorable de UPyD pero precisó algunos puntos que, en su opinión, se deberían incorporar. Por su parte, Aitor Esteban avanzó que el PNV ni siquiera participaría en la votación.
Por el PP, José María Beneyto explicó que el objetivo del PP y del Gobierno es contribuir a que la ONU siga siendo la institución “clave” para el mantenimiento de la paz y la seguridad internacional, la protección de los derechos humanos y para el desarrollo sostenible.
La iniciativa insta al Gobierno a continuar profundizando en la reforma de los métodos de trabajo del Consejo de Seguridad hacia la consecución de un órgano “más transparente, representativo, eficaz y responsable” ante los estados miembros, y con la promoción y defensa de los derechos humanos “de manera preferente”.
También a “mantener un papel destacado en el ámbito de la mediación, tanto en la prevención como en la resolución de conflictos, aportando nuestros conocimientos y experiencia, especialmente en materia de diálogo intercultural e interreligioso”, y a promover la lucha contra el terrorismo en todos sus formas, especialmente en aquellos casos en los que representa una amenaza para la paz y la seguridad.
Otros de los puntos son impulsar la no proliferación de armas de destrucción masiva; y defender el establecimiento de marcos de participación para tomar en consideración las nuevas amenazas, como el cambio climático o las que afectan a la ciberseguridad.

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