Marruecos asegura que el saharaui español murió atropellado en un accidente

  • La versión no coincide con la del hermano de la víctima que aseguró que Babi Hamadi falleció después de que unos policías marroquíes le ordenaran bajar del autobús en el que viajaba y fuera arrollado por un vehículo policial que circulaba a 140 kilómetros por hora. "Paró, dio marcha atrás y volvió a atropellarlo; hacia adelante y hacia atrás", afirmó el familiar.
Rubalcaba y Cherkaui hablan del refuerzo de la cooperación policial
Rubalcaba y Cherkaui hablan del refuerzo de la cooperación policial
EFE

El ministro del Interior de Marruecos, Taib Cherkaui, ha afirmado este martes que el saharaui español Baby Hamday Buyema, fallecido el pasado lunes durante el desmantelamiento del campamento saharaui de Gdaim Izik, en El Aaiún, murió atropellado en un "accidente".

El ministro del Interior de Marruecos, que se ha reunido hoy en Madrid con el vicepresidente primero del Gobierno y ministro del Interior de España, Alfredo Pérez Rubalcaba, ha defendido  la intervención "pacífica" de las fuerzas de seguridad marroquíes en este campamento, que fue tomado el pasado día 8 por las fuerzas de seguridad de Marruecos.

Tras la cita con Pérez Rubalcaba, Cherkaui ofreció una rueda de prensa para denunciar la "agresión brutal"que -dijo- sufrieron las fuerzas marroquíes al intentar "rescatar" a ciudadanos "inocentes" que estaban acampados, ya que milicias armadas se habían hecho con el control del asentamiento.

Cherkaui ha asegurado que la muerte del saharaui Baby Hamday está siendo investigada por la Fiscalía General de El Aaiún, y ha reiterado sus críticas contra la prensa española, a la que acusa de "tergiversar" lo hechos para denigrar a Marruecos.

El pasado día 12, en España, la familia de Babi Hamadi Buyema pidió al Gobierno español instar al Ejecutivo marroquí a abrir una investigación por "el asesinato" de su familiar para conocer "toda la verdad" y determinar si se ordenó su muerte.

Un hermano de la víctima afirmó que Babi Hamadi falleció a las once de la mañana del día 8, después de que unos policías marroquíes le ordenaran bajar del autobús en el que viajaba.

Babi, residente en El Aaiún junto a su mujer y sus dos hijos, regresaba del trabajo, una empresa de fosfatos donde era técnico eléctrico.

El familiar dijo que, tras descender del autobús, su hermano fue arrollado por un vehículo policial que circulaba a 140 kilómetros por hora. "Paró, dio marcha atrás y volvió a atropellarlo; hacia adelante y hacia atrás", agregó.

Tras el asalto al campamento y los posteriores enfrentamientos callejeros entre saharauis y las fuerzas de seguridad marroquíes, Rabat reconoce trece víctimas mortales (once agentes y dos civiles saharauis), mientras que el Frente Polisario habla de 21 saharauis muertos, 159 desaparecidos y cientos de heridos.

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