Mas da un giro total a la izquierda para seducir a la CUP

    • El candidato de Junts pel Sí desgrana un programa de gobierno en línea con las exigencias de los anticapitalistas.
    • Avisa: "Sin Gobierno el proceso queda encallado" y recurre a un proverbio: "No puedes dirigir el viento, pero sí las velas de tu barco".
El president en funciones y candidato de Junts pel Sí, Artur Mas.
El president en funciones y candidato de Junts pel Sí, Artur Mas.

Mas tiene bien aprendido cuál es el secreto a voces para convencer, o al menos intentarlo, a la CUP, la formación que tiene en sus manos su futuro como president. Un giro de 180 grados a la izquierda es la condición primera de los anticapitalistas para allanar el camino de la investidura, hoy bloqueada, y Mas lo ha puesto en práctica.

El president en funciones ha desgranado en su primera sesión de investidura un repertorio de medidas más propias de la izquierda que de la tradición de su partido. Fin de los desahucios, promoción del alquiler social, asistencia sanitaria"sin excepción por situación legal", incluso una renta garantizada a la ciudadanía que vendría a sustituir a la renta de inserción. En definitiva, un plan de rescate social, en línea con lo exigido por la CUP.

El convergente ha ido desgranando en su discurso sus medidas de programa para un hipotético Estado independiente: más apoyo para Pymes y autónomos, más recursos para creación de empleo, un "estatuto del artista" para regular las obligaciones tributarias de este sector, un proyecto de ley de ayuda a las familias, o una escuela "inclusiva".

"Solo un Estado propio puede garantizar la supervivencia del modelo de escuela actual catalana", ha insistido. Incluso ha hablado de corrupción, el tema tabú que cerca a su partido, CDC. El convergente ha prometido más medidas para combatirla, empezando por una nueva ley de transparencia y más exigencias a la contratación pública.

No obstante, Mas ha enfocado claramente sus prioridades a los instrumentos esenciales para poner en marcha el nuevo Estado: una agencia de la seguridad social que, considera, será "el eje que garantizará las políticas", y una banca pública, independiente, encargada de asegurar el crédito y "dar credibildiad al sistema financiero".

"Cataluña habría podido mantener el Estado del Bienestar sin recortes si hubiera tenido un Estado propio", ha dicho, convencido de que el "autogobierno" es la única solución a los "grandes retos de la sociedad catalana". Grandes retos, ha dicho en alusión directa a los de Baños, en los que "no sobra nadie" y que tienen un plazo marcado, año y medio. En un nuevo intento de convencer, Mas les ha ofrecido una legislatura breve. Tiempo que, ha dicho, debería ser suficiente para culminar el proceso constituyente, poner a punto las estructuras y lograr el reconocimiento internacional del Estado independiente.Ofrece diálogo al Gobierno, pero con una línea roja: un referéndum pactado

Pero en hora y media de discurso, Mas ha tenido también tiempo para sus acostumbradas críticas al Estado. Tras considerar "legitimado" su mandato con los resultados de las urnas del 27-S, el convergente ha cargado contra el "ridículo" que, considera, hace el Gobierno español recurriendo al aparato legal. Momento ese en que ha arremetido contra su propia imputación, y la de sus conselleras, Irene Rigau y Joana Ortega.

"Las querellas son la expresión de la miopía política y el orgullo imperial herido de un Estado que no negocia lo que no le gusta. ¿ Quien quiere vivir en un Estado como ese?", se ha preguntado Mas.

Después, ha dado un estratégico cambio al castellano para insistir en su pregunta: "¿Quien puede sentirse identificado por un Estado que trata a los demócratas como independientes? ¿Un Estado que utiliza las leyes y tribunales para acallar la democracia y no canalizarla?".

No obstante, Mas ha reiterado su oferta de diálogo al Gobierno. "El ánimo de las instituciones catalanas no tiene que ser ir en contra de la sociedad española, sino buscar soluciones beneficiosas para todos", ha asegurado, para apostillar después. "Hasta ahora, el gobierno español se ha negado en rotundo para negociar el ejercicio del derecho a decidir del pueblo de Cataluña a pesar de que una mayoría lo reclama".

El diálogo reclamado por el convergente sigue teniendo una línea roja clara, la de un referéndum por la independencia, al estilo escocés. "En las democracias de calidad se construyen los marcos jurídicos necesarios para dar salida a la voluntad democrática de las urnas. En las de baja calidad, se utiliza a la Fiscalía, la policía y los tribunales para frenar o abortar la voluntad popular", ha cargado. Y ha advertido: "No habrá querella, amenaza o miedo que pueda frenar el anhelo de miles de personas".

Después, para cerrar su intervención, ha pasado a la metáfora. "De la misma manera que algunas personas tienen intolerancia a algún alimento, el Estado español tiene intolerancia a realidad nacional catalana", ha dicho. El comentario ha provocando la reacción de las bancadas constitucionalistas.

"Sin Gobierno el proceso queda encallado", ha dicho para concluir y de nuevo en apelación directa a la CUP. El llamamiento se tornó poético. "No puedes dirigir el viento, pero sí las velas de tu barco", dijo Mas, parafraseando un viejo proverbio.

Tras la sesión de este lunes, el pleno de investidura se retomará el martes con la intervención, por orden de representación, de los distintos grupos políticos. El pleno, que comenzará a las 10.00 horas, votará la investidura de Mas, en la que, previsiblemente, no logrará la mayoría absoluta necesaria.

La segunda votación, este jueves por la tarde, sólo necesitaría mayoría simple. Si tampoco se consigue, el contador se pone en marcha hasta el 9 de enero, fecha máxima para plantear un candidato de consenso o convocar otras elecciones.

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