Merkel defiende su gestión como ministra de Medio Ambiente por caso Gorleben

  • La canciller alemana, Angela Merkel, defendió hoy su gestión como ministra federal de Medio Ambiente (1994-1998) ante la comisión parlamentaria que busca responsabilidades políticas por los fallos de seguridad del depósito temporal de basura nuclear de Gorleben.

Berlín, 27 sep.- La canciller alemana, Angela Merkel, defendió hoy su gestión como ministra federal de Medio Ambiente (1994-1998) ante la comisión parlamentaria que busca responsabilidades políticas por los fallos de seguridad del depósito temporal de basura nuclear de Gorleben.

Merkel rechazó que el entonces gobierno de coalición de cristianodemócratas y liberales encabezado por el canciller Helmut Kohl se decantase por concentrar los residuos radiactivos principalmente en Gorleben únicamente por ser la opción más barata o que incurriese en alguna decisión en contra de la legalidad.

"Rechazo todas las suposiciones, sospechas y acusaciones de que el Gobierno federal no actuase en los años 90 conforme a la ley", afirmó la canciller, que comparecía como testigo ante la comisión de investigación del Bundestag (cámara baja).

Agregó en su intervención que hasta el final de la legislatura no había "ninguna prueba sólida" sobre la "falta de idoneidad" por problemas de seguridad en el controvertido cementerio nuclear de Gorleben, como se ha comprobado más tarde.

Merkel alegó que su tarea se limitó a seguir adelante con las decisiones que se habían tomado en ejecutivos anteriores, en los que se decidió el empleo de Gorleben como depósito principal de basura radiactiva de Alemania.

La canciller explicó que los fallos detectados en Gorleben están relacionados con la imposibilidad de excavar en ciertas áreas del subsuelo porque sus propietarios no quisieron vender las tierras al Gobierno federal.

Además, indicó que se ha producido un desfase entre las abultadas previsiones de almacenaje que se estimaron en un principio y la inferior ocupación real del cementerio nuclear.

Este depósito, una antigua mina de sal reconvertida en cementerio nuclear en 1977, es la instalación a la que todos los años viaja un controvertido tren "castor" cargado de toneladas de basura radiactiva que genera manifestaciones masivas y protestas por toda Alemania.

El depósito fue concebido desde el principio -antes de que Merkel ocupase la cartera de Medio Ambiente- con carácter temporal, y desde entonces ningún gobierno federal ha elegido y aprobado una nueva localización definitiva para acoger la basura atómica que generan los reactores nucleares alemanes.

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