"Miradas cruzadas 5", la representación del intimismo en el Museo Thyssen

  • El Museo Thyssen-Bornemisza presenta a partir del 26 de febrero la quinta entrega de la serie "Miradas Cruzadas", dedicada en esta ocasión a la representación del intimismo en la pintura.

Madrid, 22 feb.- El Museo Thyssen-Bornemisza presenta a partir del 26 de febrero la quinta entrega de la serie "Miradas Cruzadas", dedicada en esta ocasión a la representación del intimismo en la pintura.

"Juego de interiores. La mujer y lo cotidiano" reúne hasta el próximo 2 de junio una selección de diez obras de las colecciones permanentes, que comparten el gusto artístico por retratar asuntos de la vida cotidiana, familiar o íntima.

Esta nueva instalación, en el balcón mirador de la primera planta y con acceso directo y gratuito desde el hall central del museo, presenta un diálogo entre diversas parejas de obras relacionadas temática o formalmente, pero de épocas y procedencias diversas.

Así, la muestra abarca pinturas desde la Holanda del siglo XVII, cuando la pintura de interiores alcanzó su independencia como género pictórico, pasando por la pintura francesa del XVIII, donde se popularizaron los retratos de figuras femeninas en el marco de sus estancias privadas, a la pintura de escenas domésticas del siglo XIX y principios del XX.

Este cruce de miradas permite mostrar cómo ha evolucionado la representación de interiores en la historia de la pintura y los elementos en común que presentan este tipo de obras a lo largo del tiempo: el uso de una luz envolvente que aisla el espacio interior del supuesto bullicio exterior, la vinculación en su mayoría con el universo femenino o la actitud introspectiva de los personajes.

De este modo, "El tamborilero desobediente" (1655) de Nicolaes de Maes, discípulo de Rembrandt y uno de los máximos representantes junto a Vermeer de la pintura de interiores, se relaciona con "Mujer con frutero" (1900-1910), del danés Carl Vilhelm Holsoe.

"Muchacha cosiendo" (1720), del pintor italiano del siglo XVIII Antonio Amorosi, se ha emparejado con "Muchacha cosiendo a máquina" (1921), de Edward Hopper.

"La toilette" (1742), del francés Francois Boucher, un "excelente ejemplo" de los retratos de figuras femeninas en el marco de sus estancias privadas, hace pareja con "El quimono" (1895), del norteamericano William Merritt Chase.

En "Joven a la venta con una vela" (c. 1658-1665), Gerrit Dou se asoma al exterior desde el interior, al igual que hace el francés Ëdouard Vuillard en "La cantante" (1891-1892), mientras que en las escenas de mercado, muy frecuentes en la pintura flamenca del XVII, se enfrentan "El mercado de pescado, Marsella" (1904-)1905), de Raoul Dufy, y "El antiguo mercado del pescado en el Dam, Amsterdam" (1650), de Emanuel de Witte, dos "magníficos ejemplos" de este tipo de pintura.

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