Moncef Marzuki, primer presidente electo de Túnez tras la caída de Ben Ali

  • El hasta ahora dirigente del partido Consejo Por la República (CPR), Moncef Marzuki, ha sido elegido hoy nuevo presidente del país con el apoyo de 153 parlamentarios de la Asamblea Nacional Constituyente, convirtiéndose en el primer presidente electo de país tras la caída de Zine el Abidine Ben Alí.

Miguel Albarracín

Túnez, 12 dic.- El hasta ahora dirigente del partido Consejo Por la República (CPR), Moncef Marzuki, ha sido elegido hoy nuevo presidente del país con el apoyo de 153 parlamentarios de la Asamblea Nacional Constituyente, convirtiéndose en el primer presidente electo de país tras la caída de Zine el Abidine Ben Alí.

"La confianza es lo que distingue a la nobleza del ser humano", dijo Marzuki en un breve discurso pronunciado tras su elección para agradecer la confianza de los legisladores.

Cuarenta y cuatro votaron en blanco, tres en contra y otros dos se abstuvieron, en una elección pública y secreta en la que Marzuki se presentaba como único favorito después de otras nueve candidaturas fueran rechazadas por no contar con el apoyo necesario de 15 parlamentarios o no cumplir con los requisitos mínimos.

Además su candidatura contaba con el respaldo, no sólo de su grupo que obtuvo 29 de los 217 escaños de la Asamblea, sino del movimiento islámico Al Nahda, que tiene 89 asientos, y el Atakatol, que logró 20 parlamentarios en los pasados comicios del 23 de octubre, los primeros democráticos.

Estos partidos, que sellaron una alianza parlamentaria el pasado 21 de noviembre acordaron que la presidencia del Estado recaería en Marzuki, la de la Asamblea en Mustafá Ben Yafaar del Takatol y la jefatura del Gobierno, en el secretario general del partido Al Nahda, Hamadi Yabali.

De hecho se espera que Marzuki encargue ya mañana a Yabali la formación de un nuevo Ejecutivo, que podría estar listo para finales de esta semana, según comentaron a Efe fuentes parlamentarias.

Las atribuciones de estos tres primeros puestos parlamentarios, así como la votación de la nueva Carta Magna y la convocatoria de elecciones se recogen en una "mini constitución" de 26 artículos aprobada la madrugada del domingo y que abrió las puertas a la elección del presidente y del jefe del Gobierno.

En este sentido, el líder del Partido Democrático Progresista (PDP), Nayib Chebbi, calificó de "mascarada" las atribuciones del presidente que, según el dirigente del PDP "queda sometido a la voluntad del primer ministro.

Las prerrogativas del jefe del Estado incluyen la representación del país, la configuración de la política exterior y la designación del presidente del Gobierno.

También asume la comandancia de las Fuerzas Armadas, proclama la guerra o el fin de las hostilidades, y asigna o revoca funciones militares superiores que le propone el jefe del Gobierno.

Asimismo puede designar a los altos funcionarios del ministerio de Asuntos Exteriores, a los embajadores y cónsules, siempre propuestos por el jefe del Gobierno.

Coincidiendo con la reunión parlamentaria de hoy los más de 200 activistas acampados frente a la sede del Parlamento, a los que diariamente se les suman cientos de personas, han anunciado que continuarán su protesta hasta que se anuncie la nueva Carta Magna.

Según dijo a Efe uno de los organizadores de la concentración, Rami Asgair, fundador del Colectivo 24 de Octubre, la concentración se mantendrá para "garantizar que no se pierda el espíritu de la revolución y las aspiraciones del pueblo a la dignidad, el trabajo y todas las libertades".

Asimismo, un gran número de periodistas tunecinos que acudieron a cubrir la votación portaban un brazalete rojo en señal de protesta contra la decisión de la Radio Nacional Tunecina de expedientar a tres de sus trabajadores.

Los profesionales de la información han denunciado que el ente público ha presentado ya a varios periodistas ante el Consejo de Disciplina que no se convocaba desde 1989 y que consideran como "un acoso a la libertad de expresión".

Túnez se ha convertido en el primer país árabe en el que los levantamientos populares forzaron la renuncia de un presidente árabe y en el que se han celebrado con éxito las primeras elecciones democráticas no organizadas por el Ministerio de Interior.

Muchos lo consideran el campo de pruebas de las transiciones árabes en marcha donde las autoridades se han tenido que doblegar, en parte o totalmente, a las exigencias populares, como en Egipto y en Libia.

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