Morales usará reforma judicial para facilitar su reelección, según analistas

  • La reforma constitucional sugerida por el presidente de Bolivia, Evo Morales, para enfrentar la profunda crisis de la Justicia en su país podría ser aprovechada por el mandatario para introducir en la Carta Magna una modificación que permita su reelección, advierten analistas consultados por Efe.

Lorena Cantó

La Paz, 8 ene.- La reforma constitucional sugerida por el presidente de Bolivia, Evo Morales, para enfrentar la profunda crisis de la Justicia en su país podría ser aprovechada por el mandatario para introducir en la Carta Magna una modificación que permita su reelección, advierten analistas consultados por Efe.

"La estrategia del Gobierno va a ser unificar la reelección indefinida con la reforma judicial", opina el escritor y periodista Fernando Molina, quien cree que de esa forma los oficialistas evitan "el error que cometió" el fallecido presidente venezolano Hugo Chávez cuando en 2007 "quiso lanzar un referéndum solo sobre la reelección" ilimitada.

Esta semana, Morales abogó por una consulta popular sobre una posible modificación constitucional que permita "una profunda revolución dentro de la justicia" boliviana, que atraviesa importantes problemas.

Pero a juicio de los expertos, esa reforma de la Carta Magna será la puerta que utilice el Gobierno boliviano para modificar otras cuestiones, una vez que Morales ha agotado sus posibilidades de ser reelegido, al ser este su tercer mandato consecutivo.

De hecho, la Constitución boliviana (2009) solo permite gobernar dos mandatos seguidos y con efecto retroactivo.

El Tribunal Constitucional, en un polémico dictamen, permitió a Morales concurrir en octubre pasado a las elecciones para un tercero con el argumento de que Bolivia fue refundada como Estado Plurinacional en 2009, por lo que los gobiernos anteriores a ese año no eran computables.

Molina, premio Rey de España de Periodismo en 2012, reconoce que es necesario cambiar la Constitución para enfrentar el problema judicial, por lo que "se juntaron las necesidades reales del país con las necesidades políticas" del gobernante Movimiento al Socialismo.

El propio Morales ha manifestado abiertamente que le preocupa no ver un sucesor claro en las filas de su partido, por lo que según esa tesis una nueva candidatura suya en el 2019 sería la única alternativa del MAS para seguir en el poder.

La oposición ha alertado con insistencia de que el oficialismo ejecutaría esta maniobra, pero ahora el problema de la Justicia es tan acuciante que les deja en una posición incómoda a la hora de rechazar una reforma constitucional, sostiene Molina.

También el abogado y analista Gonzalo Mendieta cree que "de este año no pasa" una reforma de la Carta Magna, y que ello supondrá para el Gobierno "la oportunidad de introducir algún tema más que les interese".

"Es difícil pensar que vayan a movilizar ese esfuerzo (la convocatoria de un referendo) solamente para el tema de la Justicia", opina Mendieta.

Respecto a si el Gobierno de Morales introducirá la reelección indefinida o solo ampliará el número de mandatos consecutivos permitidos, el jurista cree que dependerá de "cuán digerible vean una u otra medida".

"Quizá la reelección indefinida pueda suscitar más enconos y resistencia. Da la impresión que si solo lo aumentan a un tercer mandato sería más digerible y permitiría atenuar ese flanco de crítica", refiere el experto.

En cuanto a los tiempos, ambos analistas coinciden en que al Gobierno le interesa modificar la Constitución "cuanto antes".

La prisa no es sólo porque la victoria electoral de Morales en octubre pasado está aun fresca y con "la potencia intacta", sino porque el argumento triunfal del Ejecutivo ha sido la bonanza económica, ahora en peligro por el desplome de los precios del petróleo.

La economía boliviana se sostiene en las ventas de gas, cuyo precio se fija en función de la cotización del crudo.

El Gobierno boliviano había negado durante semanas un posible impacto de la caída del precio del petróleo sobre la economía del país, pero en el último mes ha reconocido que las repercusiones son inevitables y ha apelado a intensificar los esfuerzos para aumentar la productividad.

"Quién sabe si con futuros anuncios económicos se puede debilitar ese poder (del Gobierno)", señala Mendieta.

Molina apunta que "nadie sabe hasta cuándo va a haber bonanza", por lo que la reforma constitucional tendría lugar, a su juicio, "con el impulso de los triunfos electorales y antes de que se deteriore la economía".

En un eventual contexto de recesión, el partido en el poder se arriesga a que los poderosos movimientos sociales y sindicales, claves en las sucesivas reelecciones de Morales, reduzcan su apoyo al Gobierno al no poder responder éste a sus continuas y particulares reivindicaciones económicas.

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