Movimientos sociales reivindican alternativas locales en lucha contra cambio climático

  • Movimientos sociales iniciaron este sábado un fin de semana de actividades en las afueras de París para promover las acciones locales contra el cambio climático, una iniciativa que busca contrarrestar la ausencia de ciudadanos en las negociaciones, según el movimiento organizador Alternatiba.

Ismael Canoyra, miembro de Alternatiba, explicó a la AFP que esta "Aldea Mundial de las Alternativas", situada en la localidad de Montreuil (al este de París), busca "mostrar las alternativas locales, las utopías concretas" en favor del medioambiente.

"Nosotros, los ciudadanos tenemos que movilizarnos, somos quienes tenemos que decidir, quienes podemos poner en marcha las alternativas", apuntó este profesor de español de 39 años residente en Burdeos (suroeste de Francia).

Canoyra denunció la falta de movimientos ciudadanos en el parque de exposiciones de Le Bourget (noreste de París), donde se llevan a cabo las negociaciones diplomáticas para alcanzar un acuerdo que permita limitar a 2ºC como máximo el calentamiento global.

Las organizaciones ecologistas y ciudadanas tampoco pudieron expresar su opinión al inicio de la conferencia, al anularse la manifestación prevista el 29 de noviembre en París tras los atentados yihadistas del 13 de noviembre, que costaron la vida a 130 personas.

"¿Qué hay para los ciudadanos en Le Bourget? Están los empresarios, los gobiernos y ciertas asociaciones. En ningún momento vi algo de lo que estamos presentando nosotros", lamentó.

En las negociaciones las organizaciones ecologistas no participan directamente, pero expresan su opinión en ruedas de prensa diarias, y asesorando a los países más vulnerables.

Durante dos días, la "Aldea Mundial de las Alternativas" acogerá casi 300 iniciativas locales para trabajar en beneficio del medio ambiente, repartidas en once "barrios" temáticos, como agricultura, clima, educación, movilidad, consumo responsable, migraciones o biodiversidad, entre otros.

Decenas de personas recorrían ya a primera hora del sábado las calles de este "pueblo", aún en pleno montaje. Allí, se daban cita osos polares y una recreación de la Estatua de la Libertad con el lema "Libertad para contaminar" que echaba gases sobre figuras representando a los ciudadanos de países en vías de desarrollo.

Marie-Pierre recorría a mediodía, con su bicicleta y una barra de pan "bio" a la espalda, los diferentes estands.

"Es importante estar aquí para todo el mundo, es un lugar de intercambio", indicó esta habitante de Montreuil de 45 años, para quien también "es necesario un gesto fuerte de los Estados y las grandes empresas" para luchar contra el cambio climático.

Marion, una joven de 27 años de Bayona disfrazada de oso polar, lamentó la falta de movimientos ciudadanos en Le Bourget, por lo que invitó a los negociadores a visitar la "Aldea Mundial de las Alternativas" durante el único día libre de las maratonianas negociaciones, el domingo.

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