El Cairo, 5 ago.- Un gran número de civiles, entre ellos menores de edad, han muerto entre febrero y julio de este año por los misiles balísticos del régimen de Damasco, que han golpeado zonas muy pobladas de Siria, denunció Human Rights Watch (HRW) en su último informe.
El grupo ha investigado nueve ataques, supuestamente perpetrados con ese tipo de proyectiles, en distintos puntos del país, que causaron la muerte de 215 civiles, de los que un centenar son menores.
HRW destacó que en siete de esos ataques no había ningún objetivo militar en las proximidades.
Una de las localidades que sufrió el disparo de un misil fue Bab Nairab, en el provincia de Alepo (norte), donde el pasado 26 de julio al menos 33 personas perdieron la vida, entre ellas 17 menores.
El año pasado, HRW comprobó sobre el terreno que la zona estaba bajo control opositor. La organización afirma que en este caso sí que había varios edificios empleados como base de grupos rebeldes armados, a unos 300 metros del lugar del ataque, que no fueron afectados por el impacto del misil.
Un activista dijo al grupo que no se registraron choques en Bab Nairab antes del lanzamiento del proyectil.
El investigador de HRW Ole Solvang destacó en la nota que no se puede distinguir entre civiles y combatientes cuando se disparan misiles balísticos en áreas residenciales con alta densidad de población.
"Incluso si hay guerrilleros en la zona, no puedes dirigirte contra ellos de forma precisa y el impacto en algunos casos ha sido devastador para los civiles", subrayó Solvang.
El texto explica que cuando los misiles son empleados en puntos con mucha población tienen una amplio efecto destructor y no se puede diferenciar entre los civiles y los combatientes, lo que inevitablemente causa muertes entre los primeros.
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