Entre negligencia y mentiras, los correos electrónicos de Hillary Clinton

Entre la negligencia y las mentiras, el caso de los mensajes privados de Hillary Clinton, que resurgió el viernes, envenena su candidatura a la Casa Blanca desde marzo de 2015.

Pese a las consignas de seguridad, cuando dirigía la diplomacia estadounidense, de 2009 a 2013, Hillary Clinton usó una casilla de correos privada (hdr22@clintonemail.com), desde un servidor privado instalado en su domicilio de Chappaqua, en el estado de Nueva York, en lugar de recurrir a una cuenta gubernamental, exponiendo potencialmente informaciones confidenciales a espías.

La candidata demócrata presentó sus excusas en este caso, pero siempre negó haber hecho algo ilegal.

El caso estalló con un artículo del New York Times datado del 2 de marzo de 2015.

Más de 60.000 mensajes se acumularon en cuatro años. En octubre de 2014, a solicitud del Departamento de Estado, Clinton había remitido la mitad de ellos para ser archivados, que consideraba de su responsabilidad, y suprimido el resto de los mensajes, considerados como privados o personales.

Los mensajes remitidos fueron publicados en el sitio del Departamento de Estado por orden de un juez, luego de haber sido expurgados de informaciones sensibles.

El FBI investiga el contenido de los mensajes de la exsecretaria de Estado y descubre 110 que contenían "información clasificada" como secreta en su momento.

Más de 2.000 fueron clasificados posteriormente, porque contenían información confidencial o secreta. Ello alimentó los ataques de los adversarios de la candidata demócrata, que le reprochan una potencial exposición de secretos de la nación.

El jefe del FBI James Comey recomendó el 5 de julio pasado no acusar judicialmente a Hillary Clinton pero lanzó una severa requisitoria contra la exsecretaria de Estado, quien, según él, había demostrado "extrema negligencia".

Clinton "debería haber sabido" y no hizo nada. Bajo su responsabilidad, el Departamento de Estado mostró "carencias" de seguridad informática y Clinton puso en peligro "informaciones altamente sensibles" a las cuales espías extranjeros podrían haber accedido, dijo.

El informe de la investigación del FBI puso en evidencia que Clinton había mentido en varias oportunidades, principalmente cuando afirmó que jamás había enviado mensajes clasificados secretos desde su servidor privado.

También dijo que remitió al Departamento de Estado todos sus emails profesionales, pero el FBI descubrió que no había restituido varios miles de correos electrónicos relacionados con su trabajo.

El jefe de la policía federal, James Comey, es un jurista republicano, exfiscal federal y exviceministro de Justicia.

Comey hizo públicas las explosivas conclusiones de su investigación en una conferencia de prensa, pero fue criticado por los republicanos por no haber recomendado enjuiciar a la exjefa de la diplomacia estadounidense.

La secretaria de Justicia Loretta Lynch avaló las recomendaciones del FBI y no entabló una demanda contra la exsecretaria de Estado.

Pero es cuestionada por haberse encontrado en la pista de un aeropuerto con el expresidente Bill Clinton, esposo de Hillary, hecho denunciado por el candidato republicano a la Casa Blanca Donald Trump como una interferencia ilegal en el caso.

El caso de los correos electrónicos resurgió el viernes, cuando el jefe del FBI anunció a congresistas haber descubierto nuevos mensajes potencialmente "pertinentes", un hecho de consecuencias inciertas a solamente 11 días de la elección presidencial.

En la izquierda, algunos acusan a Comey de cubrirse la espalda. El campo demócrata reclamó "más información" sobre los mensajes y Clinton se declaró "segura" de que éstos "no cambiarán la conclusión alcanzada en julio" por el FBI.

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