Obama condena ataques en Ottawa y traslada su solidaridad a Harper

Washington, 22 oct.- El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, condenó hoy el ataque contra el Parlamento de Canadá y trasladó a su primer ministro, Stephen Harper, "la solidaridad del pueblo estadounidense" ante lo ocurrido.

Tras ser informado por su equipo de Seguridad Nacional sobre el tiroteo que tuvo lugar en Ottawa, Obama telefoneó a Harper para mostrar las condolencias de Estados Unidos por unos hechos que calificó de "indignantes", informó la Casa Blanca en un comunicado.

El gobernante estadounidense reafirmó también la estrecha amistad y la alianza entre los dos países y "ofreció toda la ayuda necesaria a Canadá para responder a estos ataques", mientras que el primer ministro canadiense agradeció su colaboración y ambos acordaron continuar la coordinación entre los dos Gobiernos al respecto.

Obama también lamentó el episodio ocurrido el pasado día 20 de octubre en Quebec, cuando dos soldados canadienses fueron atropellados en las proximidades de Montreal por un hombre que luego murió a manos de agentes de las fuerzas de seguridad.

El portavoz de la Casa Blanca, Josh Earnest, afirmó en su rueda de prensa diaria que es muy pronto para afirmar si el Gobierno considera el ataque un atentado terrorista, dado que la información sobre lo sucedido es "todavía incompleta".

Según Earnest, los funcionarios estadounidenses están en contacto con sus pares canadienses y han ofrecido asistencia, si es necesario, para lidiar con la situación de confusión que se están viviendo en Ottawa.

El ataque al Parlamento canadiense se produjo esta mañana cuando un individuo armado disparó contra un soldado en Ottawa y posteriormente murió a manos de la Policía, que investiga si otras dos personas participaron en la acción.

Harper, quien en el momento del ataque se encontraba en Parliament Hill, el complejo de edificios que alberga el Parlamento y las oficinas del propio primer ministro, fue trasladado a otro lugar por unidades especiales de la Policía.

Tras el ataque, el FBI ordenó que se eleve el nivel de alerta en todas sus oficinas de campo, al igual que en el Comando de Defensa Aeroespacial Norteamericano (NORAD, por su sigla en inglés).