Oposición socialdemócrata vence a independentismo en elección de Groenlandia

  • La oposición socialdemócrata del partido Siumut se impuso claramente a la izquierda independentista, en el poder desde 2009, en las elecciones parlamentarias celebradas ayer en Groenlandia, territorio autónomo del reino de Dinamarca.

Berlín, 13 mar.- La oposición socialdemócrata del partido Siumut se impuso claramente a la izquierda independentista, en el poder desde 2009, en las elecciones parlamentarias celebradas ayer en Groenlandia, territorio autónomo del reino de Dinamarca.

De acuerdo a los resultados aún provisionales, difundidos por el portal de noticias groenlandés KNR, la líder socialdemócrata, Alega Hammond, ha obtenido un 48,2 por ciento de los votos, mientras que Inuit Ataqatigiit (IA), del primer ministro Kuupid Kleist, quedó en el 30 por ciento.

De confirmarse estos resultados, el partido de Hammond tendrá 14 escaños en el Parlamento autónomo (Inatsisartut), mientras que al hasta ahora oficialista IA le corresponderán 11.

A los socialdemócratas corresponderá así liderar la futura alianza de gobierno, probablemente en formato tripartito, con Atassut, Lot Inuit -formaciones asimismo con escaños en la cámara- o incluso una gran coalición con el IA.

Ello supone un claro vuelco en el electorado, tras una campaña centrada, por parte del partido del gobierno, en la optimización de las explotación de los recursos del subsuelo para lograr la autosuficiencia económica respecto a Copenhague.

Kleist, al frente de una coalición tripartita desde 2009, aspiraba a consolidar su posición para impulsar el proceso de autodeterminación de la isla, con 2 millones de kilómetros cuadrados y apenas 56.000 habitantes, lo que supone una densidad de población de 0,026 personas por kilómetro cuadrado.

El gran caballo de batalla en la campaña electoral del primer ministro había sido la ley que debía permitir la llegada de mano de obra barata, de lo que depende la autosuficiencia económica de ese territorio autónomo.

Kleist llegó al poder poco después del referéndum que otorgó un nuevo estatuto de autonomía a la isla -sucesor del que regía desde 1979- y que reconocía el derecho a la autodeterminación.

Para avanzar en ese proceso era imprescindible, sin embargo, que Groenlandia optimizara la explotación de los recursos minerales de su subsuelo, principalmente las tierras raras y el petróleo.

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