Pablo no quiere a Rivera y este menos a Pablo... y ambos discuten por a quién quiere Pedro

    • Sánchez quiere pactar con Ciudadanos y Podemos. Pero Rivera se niega a facilitar un gobierno en el que esté la formación morada.
    • Iglesias, en un claro arranque de orgullo, no se queda atrás: ellos tampoco quieren a Ciudadanos.
Y hoy en política... lo de siempre
Y hoy en política... lo de siempre

Como si del día de la marmota se tratara, Sánchez, Rivera e Iglesias llevan una semana desfilando ante las cámaras para repetir las misma consigna una y otra vez: "Yo estoy dispuesto a pactar, pero..."

Y es precisamente ese 'pero' el que está impidiendo que las tres formaciones lleguen a un acuerdo que garantice un gobierno estable en España.

La situación hoy, de nuevo, es la siguiente: Sánchez quiere pactar con Ciudadanos y Podemos. Pero Rivera se niega a facilitar un gobierno en el que esté la formación morada.

Iglesias, en un claro arranque de orgullo, no se queda atrás: ellos tampoco quieren a Ciudadanos. “Es legítimo hablar con todo el mundo pero para formar gobierno los programas han de ser compatibles", ha explicado hoy, para después levantar otra línea roja: la negociación con otros partidos, en especial con el partido naranja.

Por si no hubiera quedado claro en la última semana, Iglesias ha insistido en que apoyará ningún gobierno "monocolor" ni tampoco uno en el que tenga cabida Ciudadanos, partido al que se ha referido como "el PP en diferido". El gobierno de "progreso", considera Iglesias, es "incompatible" con el programa de los de Rivera.

Sin embargo, son tantas líneas rojas que ambas formaciones están imponiendo que muchos se preguntan si queda algún terreno sin marcar en el que se puedan entablar puntos para el diálogo.

Sánchez sí parece pensar que todavía puede reconciliar a sus particulares Caín y Abel 'del cambio'. Ejerciendo de moderador y a golpe de rueda de prensa, otra más, el socialista ha intentado conciliar y, ya de paso,  'reprender' a sus pretendientes.

Así, Sánchez ha recordado que la “responsabilidad” de romper el bloqueo político tiene que ser compartida por todas las fuerzas políticas.

“Hay que mirar a izquierda y derecha y ser generosos”, ha advertido el socialista, que ha animado a Iglesias a dejar atrás los vetos y emprender juntos “un camino de humildad, responsabilidad y generosidad”.

"A veces parece que no quieren que exista gobierno", ha llegado a reprochar, para rápidamente echarse hacia atrás y no perder a su aliado. "La puerta va a seguir abierta", ha trasladado al líder emergente, en un claro "te regaño, pero no mucho. Por si acaso".

La bronca entre Rivera e Iglesias sigue tan vivo como siempre. El segundo asalto de su particular cruzada sigue disputandose en ruedas de prensa en las que ya apenas hay preguntas porque tampoco cuentan nada diferente sobre lo que se pueda indagar. Tras repetir por activa y por pasiva lo poco o nada que tienen en común, la nueva pelea, al más puro arranque de celos, se resume en: "pero Sánchez me quiere más a mí".

Así y sin tapujos lo ha señalado hoy mismo Iglesias al salir de una reunión con el socialista. "Creo que nos prefiere a nosotros", ha soltado sardónicamente en clara alusión a Ciudadanos.

Incómodo ante el dilema de elegir a quién quiere más, si a papá o a mamá, Sánchez ha optado (¡de nuevo!) por recurrir a un tópico que parecía muerto, pero no: el pacto es lo de menos, lo importante es que no gobierne el PP.

Además, ha aprovechado para criticar a los populares por imponer una fecha para la investidura. "Al PP ahora le entran las prisas para que yo sea investido presidente. No deja de ser curioso que aquellos que han permitido esta situación de bloqueo pongan ahora una fecha límite de escasas semanas", ha dicho.

Al menos, Iglesias no ha discutido, esta vez, las palabras del socialista: “Con el PP no vamos ni a la vuelta de la esquina”, ha zanjado.

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