Pakistán boicotea el diálogo afgano como represalia al ataque de la OTAN

  • Pakistán anunció hoy su boicot a la conferencia sobre Afganistán prevista en la ciudad alemana de Bonn, donde debe tratarse el diálogo con los talibanes, como represalia por el ataque aéreo de la OTAN que mató a 26 soldados paquistaníes.

Agus Morales

Islamabad, 29 nov.- Pakistán anunció hoy su boicot a la conferencia sobre Afganistán prevista en la ciudad alemana de Bonn, donde debe tratarse el diálogo con los talibanes, como represalia por el ataque aéreo de la OTAN que mató a 26 soldados paquistaníes.

Una fuente oficial, que pidió no ser identificada, explicó a Efe que Islamabad ha tomado la decisión de no acudir a la cita, prevista para el próximo 5 de diciembre, tras una reunión del Gabinete presidida por el primer ministro paquistaní, Yusuf Razá Guilani.

la fuente no quiso explicitar los motivos del anuncio, que llega al calor del ataque de helicópteros y aviones de combate de la OTAN del pasado sábado contra un puesto de control en la frontera afgano-paquistaní.

Los poderes civil y militar de Pakistán amenazaron horas después del episodio armado, registrado en la región tribal de Mohmand, con revisar su relación con EEUU y la OTAN, un aviso que se interpretó como un repliegue de su colaboración en el tablero afgano.

La reacción inmediata fue cortar los suministros para las fuerzas internacionales desplegadas en Afganistán y exigir a EEUU que desaloje en 15 días una base aérea en territorio paquistaní que supuestamente usa para que operen los aviones espía estadounidenses.

El nuevo portazo viene a indicar que Pakistán piensa reducir también su colaboración al mínimo en la lucha antiterrorista.

Islamabad había dado tímidas señales con anterioridad de que no se hallaba cómodo con el formato de Bonn, la misma ciudad que acogió hace diez años una conferencia que sirvió para alumbrar el Afganistán postalibán, dirigido por el presidente Hamid Karzai.

En aquella ocasión, pese a las críticas de algunos sectores, no fueron invitados representantes del caído régimen talibán, que era reconocido solo por Pakistán, Arabia Saudí y Emiratos Árabes Unidos.

La nueva reunión de Bonn pretende trabajar sobre las limitadas conclusiones de la reciente conferencia de Estambul, aunque centrándose más en el plano político y en el proceso de diálogo con los grupos insurgentes.

En la reunión de Turquía, los países participantes, entre ellos Pakistán, se comprometieron a crear un mecanismo de cooperación regional, sin entrar en los pormenores de la negociación con los talibanes.

Es ahí donde en Bonn se echará de menos la mano de Pakistán, que guarda una relación histórica con facciones islamistas y busca influir en Kabul, donde pugna por que exista un predominio pastún, etnia con fuerte presencia tanto en Afganistán como en Pakistán.

El recelo de las potencias aliadas respecto a Pakistán ha hecho que buscaran cada vez más un formato plural en el que actores regionales y globales tuvieran más influencia, algo que no había sentado bien en Islamabad.

En un reciente encuentro con periodistas, la académica Simbal Khan, del Instituto de Estudios Estratégicos ('think tank' que depende del Gobierno), admitió que Pakistán está preocupado por el incipiente protagonismo de numerosos países en el teatro afgano.

"Hay mucha frustración por eso", describió la experta, en alusión a que la multiplicidad de actores en Afganistán -China, la India, Turquía y Arabia Saudí, entre otros estados- resta capacidad de maniobra a Pakistán en el vecino país.

El anuncio de hoy se produce con ese trasfondo y también en el marco de un despliegue por Islamabad de todo su arsenal diplomático y de herramientas de presión tras el ataque transfronterizo de helicópteros de la OTAN.

Consultado por Efe, un funcionario de la región tribal de Khyber, por donde discurre el principal paso a suelo afgano, confirmó que la frontera sigue sellada a los convoyes de la OTAN y que hoy mismo han vuelto a la ciudad noroccidental paquistaní de Peshawar 30 de ellos.

Una fuente policial de Chamán, ruta terrestre de menos importancia situada más al sur, asimismo dijo que los camiones con suministros para las tropas aliadas no están franqueando el paso.

Y la temperatura dialéctica entre Islamabad, Washington y Bruselas sigue subiendo.

Ayer el portavoz del Ejército paquistaní, Athar Abbas, mostró su abierta repulsa por el ataque y advirtió de que puede tener serias consecuencias en la región.

Abbas rechazó las disculpas de la OTAN, cuyo secretario general, Anders Fogh Rasmussen, envió junto al mensaje de condolencias lo que en medios paquistaníes se ha considerado un recado.

"La muerte de soldados paquistaníes es tan inaceptable y deplorable como la de soldados afganos e internacionales", espetó Rasmussen, en aparente alusión al patrocinio de Pakistán a grupos insurgentes que atacan a las tropas extranjeras en Afganistán.

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