Panamá, próximo anfitrión de la cumbre iberoamericana, propone reformar los prodedimientos para mejorar la "cooperación activa"


El presidente de Panamá, Ricardo Martinelli, anfitrión de la Cumbre Iberoamericanas del año que viene, propugnó hoy en su intervención en la primera sesión plenaria de la actual que estos eventos introduzcan "procedimientos de reforma" para trabar "relaciones con mayores responsabilidades" y mejorar la "cooperación activa".
Martinelli transmitió su solidaridad a Guatemala, Haiti y Cuba por los huracanes y terremotos que han sufrido Y, aunque dio por consolidadas las relaciones iberoamericanas, apostó por renovarlas para hacer frente a los retos comunes que supone la crisis económica.
Señaló como clave la integración económica y de los mercados y celebró que la llamada Declaración de Cádiz surgida de esta Cumbre haya destacado el valor del emprendimiento y se proponga fomentar las pymes.
El presidente panameño recogió así el testigo del ministro de Asuntos Exteriores y de Cooperación, José Manuel García-Margallo, quien repasó las conclusiones a las que han llegado las ocho reuniones ministeriales y foros preparatorios de la Cumbre y reconoció al Rey como "memoria viva" de sus sucesivas ediciones, a todas las cuales ha asistido.
Según dijo, Cádiz convierte en vecinas las costas de los países iberoamericanos.Agradeció también a Chile, México, Perú y Colombia que hayan aceptado que España participe como país observador a las reuniones de la Alianza del Pacífico.
Como conclusión, mostró su convicción de que Iberoamérica "acrecienta" a España y Portugal y éstas hacen lo propio con Iberoamérica, de tal forma que "la comunidad iberoamericana de naciones es el camnino que más acrecienta" a todos sus miembros.

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