Los partidos pasan el 'trámite' del Rey inmersos ya en la campaña

  • El monarca confirmará la imposibilidad de formar gobierno con unos candidatos que ya miran al 26-J. 

    Las incógnitas son dos: si el pacto PP-Ciudadanos logrará la mayoría y si Iglesias conseguirá con IU el sorpasso al PSOE. 

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EUROPA PRESS

La ronda de contactos que el Rey comenzará este lunes será la confirmación del fracaso de cuatro meses de negociaciones.

Será la tercera vez que Felipe VI reciba en Zarzuela a los distintos representantes políticos. En la primera, designó candidato a Rajoy, en la segunda, a Sánchez. Ahora, este acto tiene un cariz más bien protocolario: el monarca desea asegurarse si es factible proponer un candidato a la presidencia, algo que no es previsible que ocurra.

Así, los distintos líderes políticos se presentarán ante el Rey con idéntico orden que en las dos consultas anteriores, siguiendo el de menor a mayor representación parlamentaria. No se esperan sorpresas que eviten la convocatoria electoral. El miércoles 27 es la fecha límite para proponer a un candidato a la presidencia del Gobierno. Si, como es previsible, esto no se produce, las Cortes se disolverían automáticamente el 2 de mayo. La campaña electoral comenzaría el 9 de junio y las elecciones se celebrarían el 26.

Rajoy ya adelantó el jueves que acudiría a Zarzuela para comunicarle al rey que no tiene los apoyos suficientes, descartando un posible acuerdo de gobierno de coalición con el PSOE. El líder socialista rechazó la pasada semana el último intento de los populares, así como la fórmula defendida por su 'socio', Albert Rivera.

El presidente de Ciudadanos ha venido insistiendo en un gobierno de consenso, aunque, en este caso, encabezado por independiente. La propuesta no cuenta tampoco con el visto bueno de Rajoy.

El fracaso del último gesto para tratar de formar gobierno aboca así inevitablemente a unas elecciones. Las opciones de estos meses se han resumido básicamente en tres: un gobierno de coalición entre PP-PSOE (y con posible participación de Ciudadanos), un acuerdo de izquierdas 'a la valenciana'-la opción defendida por Podemos- y la adhesión de los de Iglesias al acuerdo de 'El abrazo', entre socialistas y Ciudadanos. La negativa del partido emergente a esta última posibilidad acabó por frustrar el empeño de Sánchez de acceder a la presidencia.

El secretario general de Podemos avanzó que trasladará al Rey la “coherencia” de la postura de su partido ante un gobierno de coalición de fuerzas progresistas. Por su parte, Rivera hará valer su papel de mediador para lograr un acuerdo entre las dos fuerzas mayoritarias.Dos incógnitas: la mayoría de PP-Ciudadanos y el sorpasso de Podemos-IU

Las incógnitas ante el 26-J son fundamentalmente dos: si un acuerdo PP-Ciudadanos conseguiría la mayoría absoluta, y si la alianza Podemos-IU, que actualmente se explora, se traduciría en un sorpasso al PSOE. En ese caso, Iglesias podría adquirir el mando de las negociaciones para conformar su gobierno “de progreso”. Los últimos sondeos no aclaran ninguno de los dos puntos.

El apoyo de Ciudadanos al PP estaría también altamente condicionado. Los de Rivera no quieren pactar “a cualquier precio” e impondrán sus exigencias. Entre ellas, la posibilidad de pedir la renuncia de Rajoy, un extremo con el que la dirección naranja se muestra cada vez más vehemente.

Por su parte, los socialistas ven con recelo el inicio de conversaciones entre Podemos e IU. Si la aritmética funciona, Iglesias sumaría así a sus cinco millones de votos, el millón de IU, lo que se traduciría en un claro adelanto a los socialistas.

Ferraz acogió con divisiones el empeño de Sánchez de pactar con Iglesias, y ahora, los críticos ven confirmadas las sospechas de que el líder de Podemos enfrentó las escasas conversaciones con claro ánimo electoral. Para el líder socialista, las nuevas elecciones se miden en clave de reválida. Con unos resultados peores, incluso iguales al 20-D, Sánchez se arriesga al zarpazo de Susana Díaz. Los sondeos no le son favorables al PSOE, que no logran sacar rédito electoral a los intentos de desbloquear el gobierno.

Ya en tiempo de descuento al 26-J, los partidos diseñan sus estrategias para una campaña en la que, paradójicamente, llevan inmersos varios meses. La contienda será más intensa que en las pasadas generales, y se centrará más en el ataque, que en la propuesta. Éste es el argumentario que definirá cada partido:PP: a por el voto de Ciudadanos

Los populares no temen a estos nuevos comicios. Las encuestas confirman su subida. Lenta, pero sucesiva. El objetivo es lograr un dato suficiente como para que el pacto con Ciudadanos otorgue la mayoría. Aún así, no se empañarán los ataques a Rivera: en Génova se entiende fundamental recuperar parte del voto que el 20-D se desvió a la formación naranja. Para ello, se insistirá en que el acuerdo con el PSOE ha desplazado a los de Rivera al centro-izquierda.PSOE: asegurar su voto

Los votantes socialistas acostumbran a ser los más críticos, y podrían penalizar al partido. Por su afán en formar un gobierno aún a sabiendas de que resultaba imposible o por el empeño de Sánchez en el acuerdo con Ciudadanos.

La división es una evidencia: entre la militancia se reprocha que el líder socialista no haya sido capaz de lograr un acuerdo con Podemos para un gobierno netamente de izquierdas.

Los socialistas dirigirán la campaña contra el PP, y también contra Iglesias. “Son lo mismo que el PP”, recuerdan sus dirigentes. Se destacará que, por su bloqueo, no ha sido posible la alternativa al Rajoy de los recortes, de la reforma laboral, de la ley mordaza... En Ferraz se teme que Iglesias logre atraer a ese electorado crítico, y que esa fuga ponga al partido en inferioridad ante un acuerdo Podemos-IU.Podemos: a por el socialista descontento

El ataque de Podemos al PSOE ha sido constante desde las generales. El tono de Iglesias, sus intervenciones en el Congreso, sus condiciones para pactar... han dejado entrever con claridad hacia donde apunta la nueva campaña. La cerrazón de Sánchez a la izquierda será el argumento. Se enfatizará su propuesta de gobierno a la valenciana como la única posible. Ciudadanos, para Podemos, sigue siendo la derecha.Ciudadanos: de izquierda a derecha

Mantener al votante del 20-D es la clave para los de Rivera. La dirección naranja confía más en captar voto socialista, que en mantener a todos los 'populares' que en las pasadas generales cambiaron su papeleta. El partido trata de desligarse del acuerdo con el PSOE y recomponer su estratégica ambigüedad.

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