Payasos de hospital cumplen 10 años y contabilizan 250.000 pacientes felices

  • Barcelona, 24 may.- Un total de 250.000 pacientes, especialmente niños, han logrado pasar un buen rato, e incluso reír a carcajadas, en lugares tan poco divertidos como las salas de espera o las habitaciones de los hospital catalanes, durante los últimos diez años, gracias al trabajo de la ONG Pallapupas-Pallassos d'Hospital.

Payasos de Hospital han provocado más de 250.000 sonrisas en 10 años de existencia
Payasos de Hospital han provocado más de 250.000 sonrisas en 10 años de existencia

Barcelona, 24 may.- Un total de 250.000 pacientes, especialmente niños, han logrado pasar un buen rato, e incluso reír a carcajadas, en lugares tan poco divertidos como las salas de espera o las habitaciones de los hospital catalanes, durante los últimos diez años, gracias al trabajo de la ONG Pallapupas-Pallassos d'Hospital.

Los artífices de este milagro son un grupo de payasos profesionales agrupados dentro de la citada ONG, que acaba de cumplir diez años haciendo el payaso por los hospitales de Cataluña.

El primer hospital que pisaron los payasos catalanes fue el centro sanitario infantil de Sant Joan de Deu en el año 2000, y desde entonces han ampliando el radio de acción hasta llegar a dieciséis hospitales de Barcelona, Sabadell, Vilanova i la Geltrú, Lleida, Esplugues de Llobregat, Mollet del Vallès, Manresa, Terrassa y Santa Coloma de Gramenet.

Los primeros payasos de hospital de España fueron Sonrisa Médica, de las Islas Baleares, que nacieron en 1994, siguiendo como modelo Le Rire Médecin de París (1991) y de Clown Care Unit de Nueva York (1985).

En 1999 nacieron Payasospital de Valencia y en 2000 llegó a España la Fundación Theodora, que trabaja en muchos países de Europa y en Hong Kong.

Ese mismo año nacieron los Payapupas catalanes, y posteriormente los Saluticlowns, también en Cataluña, los Pupaclown, de Murcia, Xaropclown, de Girona, Saniclown de Madrid, Titiritas de Granada y Hazmereir de Gran Canarias.

Todos tienen el mismo objetivo: "transformar el espacio hospitalario y llenarlo de ilusión y alegría para rebajar la tensión en un momento que puede ser traumático o doloroso", ha explicado a Efe el portavoz de los Payapupas, Miquel Antonijuan.

"La risa tiene un efecto terapéutico porque consigue que el paciente y la familia se relajen. El equipo sanitario trabaja mejor en este clima positivo", según Antonijuan, que ha aclarado que "los payasos se integran en el equipo terapéutico y se encargan del aspecto emocional de las familias".

Cada payaso tiene su propia personalidad. Aspirino, Tiritín, Amor Sicilina y Gelocatina son algunos de los payapupas, que entran en la sala de espera con una bata blanca decorada con flores y dicen a los niños que son médicos.

"Hola soy el médico Tiritín", se presenta el payaso, que acto seguido le toma el pulso al niño en el pié y se enreda con su propio fonendoscopio.

Cuando consiguen que el niño y su familia se ría un buen rato, los payasos se van a ver a las enfermeras, se quitan la nariz roja para informarse sobre las circunstancias particulares del nuevo paciente al que van a abordar y vuelven a la carga.

Los payapupas entran incluso en los quirófanos y están junto a los niños hasta que les anestesian. Después salen de la sala de operaciones y vuelven a entrar antes de que se despierten para hacerles compañía durante la reanimación.

Esta ONG actúa sobretodo en hospitales infantiles, pero también disponen de un programa de teatro social para ancianos en el Centre Mundet Respir de Barcelona, donde no van vestidos de payasos pero siguen haciendo el payaso.

Actualmente, Pallapupas ofrece un servicio diario en los hospitales con un total de 90 horas de intervención semanales con niños, jóvenes y ancianos.

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