Según la Cruz Roja y los médicos, el periodista de 33 años se encuentra en peligro de muerte tras pasar 73 días sin alimentación.
Jawad Boulus dijo que su cliente, incapacitado de hablar por el ayuno, tomó el cuaderno que usa para comunicarse para decir que está "determinado a seguir con la huelga de hambre hasta lograr su libertad".
El jueves la Corte Suprema de Israel suspendió la orden de detención administrativa en contra del periodista, debido a su estado de salud.
El profesional que trabajaba como corresponsal de la televisión saudí Almajd TV Network estaba bajo un régimen extrajudicial que permite detener a sospechosos sin inculpación ni juicio por periodos de seis meses renovables.
Sus familiares pueden visitarlo pero el periodista no tiene derecho a dejar del hospital de Afula, en el norte de Israel.
El jueves la Corte Suprema rechazó la petición de que se le retiren las esposas que lo atan a la cama.
Qiq "no está encarcelado en términos legales. Pero no puede salir del hospital sin una autorización israelí", explicó el abogado.
Se puso en huelga de hambre el 25 de noviembre en protesta por la "tortura y el tratamiento al que fue sometido durante su interrogatorio", informó la organización de derechos palestinos Addameer.
El Shin Bet, el servicio de inteligencia interior israelí, asegura que Qiq es un miembro activo de Hamas, el movimiento islamista palestino que controla la Franja de Gaza, considerado "terrorista" por Israel, Estados Unidos y la Unión Europea.
Qiq desmintió estas actividades y aseguró que sólo se dedica al periodismo.
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