"Plagio", la crónica gráfica de un secuestro chapucero con final feliz

  • Melina tenía 18 años cuando fue secuestrada en el centro de Lima. Unos falsos guerrilleros pedían 40.000 dólares para liberarla. El escritor Hernán Migoya, marido de Melina, y el dibujante Joan Marín han plasmado aquellos tres angustiosos días de cautiverio en la novela gráfica "Plagio".

Sergio Andreu

Barcelona, 4 abr.- Melina tenía 18 años cuando fue secuestrada en el centro de Lima. Unos falsos guerrilleros pedían 40.000 dólares para liberarla. El escritor Hernán Migoya, marido de Melina, y el dibujante Joan Marín han plasmado aquellos tres angustiosos días de cautiverio en la novela gráfica "Plagio".

"Plagio. El secuestro de Melina" (Norma) es una obra coral, donde la mirada no sólo recae en la joven cautiva o en sus desesperados padres, sino que se sitúa a la altura de los chapuceros secuestradores y de una Lima que no oculta la violencia latente de sus calles que, según Migoya, "te hace sentir más vivo".

El escritor y guionista estaba comenzando a bosquejar un relato "con un argumento poco interesante", explica su esposa a Efe, cuando ella misma le provocó para que se atreviese a contar este episodio de su vida ocurrido en 1997, que se convirtió en un suceso popular en Perú, tras saberse que los delincuentes habían utilizado una maleta para transportar a la secuestrada.

Al principio, la historia real del "plagio" (un americanismo para definir secuestro) de la estudiante de Derecho iba a ser una novela "a secas".

Sin embargo, tras contactar con varias editoriales, el autor de "Quítame tus sucias manos de encima" vio la posibilidad de una versión "gráfica" y pensó en Joan Marín, con quien ya había colaborado en "Olimpita" (Norma, 2009).

Migoya pulió el guión inicial con ciertos toques de comedia negra que no le convencían, porque su intención era ofrecer un visión más dramática "sin caer en el folletín", que mostrara el mérito de saber sobrevivir a un secuestro.

Tras reunir gran cantidad de material y testimonios de Melina, sus padres y su hermano, e intentando distanciarse al máximo de las ligaduras emocionales y de los personajes, Migoya ha tejido un tapiz que intenta reflejar al máximo aquel suceso, "aunque sería lógico que Melina se haya guardado algo para ella", afirma comprensivo.

"He intentado ser imparcial, sin sentimentalismos. Es lo más cercano a la realidad, a cómo es Lima y a cómo fue aquel secuestro, que he podido transmitir, sin cargar tintas", señala el autor.

Los autores del secuestro, que se hicieron pasar por miembros de Sendero Luminoso, eran unos conocidos de la familia de Melina, que ya están en la calle tras pasar unos años por la cárcel, por lo que la joven abandonó Perú para irse a Alemania, donde conoció a Migoya.

Melina, que acompaña a su marido en la promoción del libro, reconoce que el secuestro fue una experiencia traumática: "Tres días que se quedan ahí para el resto de la vida".

Y aunque se siente afortunada por cómo acabó el cautiverio, y que éste no le dejara traumas profundos, "ni muchas paranoias", aún no se atreve a leer la novela. "Ahora no me hace falta leerla, ya lo haré en otro momento", explica.

Para el dibujante Joan Marín, "Plagio" ha sido un reto desde el primer momento: un "monstruo" de 250 páginas basado en un hecho real y con una gran cantidad de personajes.

Aunque hizo las cincuenta primeras páginas en Barcelona, no fue hasta que pisó Lima, donde estuvo diez días en 2009, cuando su concepto de la capital peruana cambió radicalmente.

"Lima es muy importante, forma parte de la historia y al llegar me di cuenta que no sólo había que dibujar unas ambientaciones, sino las sensaciones que transmiten las calles", comenta Marín, que rehizo todo el trabajo que ya tenía tras visitar los barrios de Lince o Balconcillos.

"Lugares complicados donde era difícil entrar, pero que me ayudaron a enfrentarme a la novela porque me permitió oír y oler la ciudad", señala.

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