La práctica totalidad de los sondeos dan como ganadora de las próximas elecciones griegas a la formación izquierdista Syriza, liderada por Alexis Tsipras. Es cierto que las encuestas van reduciendo la diferencia entre la primera formación en apoyos y la segunda, los conservadores de Nueva Democracia. La última de ellas, publicada este domingo acorta la diferencia a 3,1 puntos entre ambos (30,4% frente al 27,3%).
La campaña se prevé a cara de perro debido a todo lo que se juegan los griegos en estos comicios ya la mínima diferencia entre los dos partidos favoritos, que compartirán cámara con al menos otras cuatro o cinco formaciones minoritarias, que descienden en apoyos. En un escenario tan polarizado, ninguna formación obtiene una mayoría clara que le permita gobernar. Para ello, el sistema electoral griego contempla diferentes fórmulas.
El modelo heleno se denomina proporcional reforzado. El parlamento, unicameral, se compone de 300 escaños de los cuales sólo 250 son atribuidos a los partidos mediante la proporción de los votos conseguidos. 238 se reparten en las diferentes circunscripciones que forman el país y 12 forman parte de una lista única nacional. Los otros 50 restantes se otorgan automáticamente al partido que más votos haya conseguido, independientemente del porcentaje de apoyos obtenidos en las urnas. A este premio se le llama 'prima de escaños'.
De este modo, el partido ganador se asegura la práctica mayoría absoluta. No ocurrió así en los últimos comicios de 2012, cuando el actual primer ministro griego tuvo que formar coalición con los socialdemócratas de Paso. Antonis Samaras y su Nueva Democracia obtuvieron 79 parlamentarios, muy seguidos de Syriza con 71. Samaras obtuvo la 'prima de escaños' que premia al vencedor. Su formación obtuvo 129 escaños agrandando las distancias frente a su principal competidor. Sin embargo, tuvo que echar mano de los 33 de Evángelos Venizelos.
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Trasladando los sondeos publicados en Grecia en los últimos días, a la formación de parlamento en Grecia después de enero, todo apunta a que Syriza será la formación ganadora, y por tanto se llevará el premio de los 50 escaños adicionales. Las encuestas le dan un porcentaje de alrededor del 30%, insuficiente para conseguir la mayoría absoluta que permitiría a Tsipras gobernar con holgura aunque se le sume la 'prima de escaños'. Sin embargo, la caída de Pasok y los escasos apoyos que recibirán el resto de formaciones hacen muy complicada una gran coalición a la alemana, tal y como podría ocurrir en España a finales de 2015, que permitiera a los conservadores mantener el poder.
Para conseguir desbancar a Tsipras de la presidencia griega se requeriría de la suma de Nueva Democracia, los comuinstas KKE de Dimitris Koutsoumpas, la nueva socialdemocracia To Potami, los neonazis de Amanecer Dorado y Pasok, que lucha por su supervivencia. El umbral electoral en Grecia se sitúa en el 3% de los votos. Los sondeos otorgan a los socialdemócratas en torno al 4% de los apoyos pero no tienen en cuenta la escisión protagonizada por el histórico líder y ex primer ministro Papandreu, que ha formado su propio partido.
Pero Tsipras también está condenado a los pactos para ser fuerte en Grecia y tener mayor peso a la hora de negociar con Bruselas. Una coalición entre Syriza y los comunistas de KKE, que obtendría alrededor del 5% de los votos, serviría a Tsipras para poder llegar al Gobierno.
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