¿Por qué la política económica de Zapatero no es creíble?

  • Esta semana el FMI y el Banco de España han hecho públicas sus dudas sobre los planes económicos del Gobierno y le han pedido que prepare un 'plan B' por si fallan sus previsiones. Los grupos de la oposición y los sindicatos llevan meses denunciando la falta de credibilidad del presidente y su equipo. ¿Qué es lo que falla?
Ilustración Raúl Arias
Ilustración Raúl Arias
Beatriz Toribio

"Zapatero tiene menos credibilidad que un chimpancé" decía hace unos días el portavoz parlamentario de ERC, Joan Ridao. Es una afirmación un tanto abrupta, pero es una de las que mejor reflejan la crítica que hacen todos los grupos de la oposición a la política económica del presidente del Gobierno. Y no son los únicos: sindicatos, organismos y medios de comunicación internacionales y hasta miembros del Partido Socialista ponen en duda la credibilidad del presidente un día sí y otro también.

El último 'golpe' a la política económica del Gobierno ha venido por partida doble: tanto el FMI como el Banco de España han puesto en duda esta semana los objetivos económicos del Gobierno y le han pedido que prepare un 'plan B' porque hay muchas posibilidades de que las cosas no salgan según lo previsto.

¿Por qué hay tato escepticismo en torno a la política económica que está llevando a cabo José Luis Rodríguez Zapatero? Hay varias razones:

- El Gobierno es muy optimista. FMI, Banco de España y Comisión Europea coinciden en que el Ejecutivo tiene una visión muy optimista de cómo va a evolucionar la economía en 2010 y 2011. El Gobierno confía en que tras contraerse un 0,3% este año, en 2011 tomará de nuevo impulso y crecerá un 1,3%. Pero el FMI reduce esta previsión a la mitad -0,7%-. La semana pasada la agencia de calificación Moody's preveía un futuro aún más negro con un retroceso del 0,7% del PIB para este año y un crecimiento del 0,5% para 2011. Aún así el Gobierno se mantiene en sus trece y dice que quien se equivoca es el resto.

Con este optimismo poco infundado, los expertos aseguran que es difícil que se cumplan el resto de objetivos: reducción del déficit al 6% este año, disminución del paro, crecimiento de la demanda interna… ¿Por qué hay tanta diferencia entre la previsión de crecimiento del Gobierno y los analistas? Porque el Gobierno confía en que el consumo interno repuntará en 2011 y tirará de la economía, mientras que los expertos esperan un retroceso del 0,4%.

- Strauss Kahn, Mafo… todos nos llaman al orden. Es difícil que tengamos credibilidad si continuamente se nos dan toques de atención sobre cómo estamos haciendo los deberes. El Banco de España alertaba esta semana del riesgo que plantea el endeudamiento de las Comunidades Autónomas y Ayuntamientos; pedía una reforma de las pensiones profunda y el FMI instaba a avanzar más en la restructuración de las cajas de ahorros. Y ambos organismos, como no se creen las previsiones del Gobierno, coincidían en pedir al Gobierno un 'plan alternativo' por si son necesarios más ajustes. Algo a lo que ya apuntaba Bruselas hace meses.

"Puede llamarlo plan B o puede llamarlo de otra manera. Los mercados tienen tolerancia cero en todo lo relativo al déficit y España se ha comprometido a un objetivo de rebaja. Si se registra cualquier desviación, deben arbitrarse las medidas de corrección necesarias en el menor tiempo posible", afirmaba ayer José Viñals, responsable financiero del FMI.

- Los mercados todavía nos acechan. "Lo fundamental es cumplir con la cifra [de déficit público] prometida, porque los mercados se han empeñado en eso. La evolución económica será mejor [si los Gobiernos se atienen a esa cifra] porque los países que no cumplan corren el riesgo de recibir un castigo serio en los mercados", añadía ayer Viñals. La mejor señal de credibilidad está en los mercados y aunque España está en mejor situación que hace unos meses y ya no sufre como Grecia, Portugal o Irlanda, "aún seguimos entre los amenazados. Estamos en un impasse. A ver qué pasa en los próximos meses", señala Tomás Mancha, catedrático de Economía Aplicadade la Universidad de Alcalá de Henares

- Una reforma laboral en la que no cree nadie. El propio Gobierno ha puesto en evidencia el poco alcance que puede tener la recién aprobada reforma laboral al elevar la tasa de paro para 2011 en el 19,3%. Son cuatro décimas más que la de lo que preveía hasta ahora, algo que muestra que el Ejecutivo reconoce de facto que la reforma que llevó a la huelga general no va a tener los efectos deseados. Pero es que además, como señala Tomás Mancha, ésta es una reforma "que no toca uno de los problemas fundamentales del mercado laboral español, la negociación colectiva".

El Gobierno está sólo en esta reforma, ya que a la oposición de los sindicatos se une la de todos los grupos de la oposición [ninguno la apoyó en el Congreso]. Si no mejora la creación de empleo, la credibilidad del Ejecutivo caerá en picado.

- Donde dije digo, digo Diego. La falta de credibilidad del Gobierno se ha trasladado a la opinión pública. "El presidente del Gobierno había hecho una serie de promesas y defendió un discurso desde que llegó a La Moncloa y en cuestión de días lo cambió", afirma Jordi Sauret, experto en Socilogía Electoral, en referencia a las medidas del 'tijeretazo'-recorte del sueldo de los funcionarios, congelación de las pensiones-, a lo que hay que unir la amenaza de subir la edad de jubilación a los 67 años. "En las bases del PSOE y en la militancia de izquierdas todos estos temas hacen ver a Zapatero como un gran traidor", añade Sauret.

- Declaraciones polémicas y anuncios contradictorios. Tampoco ayuda a la credibilidad de un presidente afirmar en una visita a The Wall Street Journal que "la crisis de la deuda europea se ha acabado" y que semanas después salten de nuevo las alarmas a raíz de los problemas de Irlanda. Las contradicciones de diferentes miembros del Gobierno sobre una eventual subida de impuestos o la afirmación de Zapatero en Oslo de que los parados en formación "trabajan para el país" levantaron ampollas. De hecho el portavoz de CiU en el Congreso, Josep Antoni Duran i Lleida, pidió la comparecencia del presidente para explicar su política laboral.

- Un equipo que no da confianza. "Los responsables económicos del Ejecutivo son gente de partido, no son pesos pesados como Solbes. Zapatero eligió una funcionaria que no le contesta y que sirve para todo en vez de alguien con experiencia económica", añade Jordi Sauret. Celestino Corbacho se marcha ahora a Cataluña después de dirigir un Ministerio de Trabajo con las manos atadas, ya que todas las directrices venían de Economía y de La Moncloa. Ahora su sucesor tendrá que defender una reforma de las pensiones que se avecina dura y que no llega en el mejor momento en las relaciones con los sindicatos.

Mostrar comentarios