El Gobierno español se prepara para atender la ola de refugiados que se va a generar tras el desastre de Afganistán, de forma coordinada con la Unión Europea, pero sin dejar de establecer las vías que sean necesarias para intentar sacar a los colaboradores afganos que aún quedan en Kabul después de la “tragedia” que se ha sufrido, según ha explicado este viernes el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, tras la reunión interministerial que se ha celebrado en Moncloa para analizar el final de la primera fase de repatriación y poner las bases de las nuevas misiones.
En total, España ha sacado de Afganistán a 2.206 personas, “mucho más de lo inicialmente previsto”, según ha destacado Sánchez, convencido de que quedan meses y años para afrontar las consecuencias de todo lo ocurrido ahora y pensar junto con la UE las medidas que se deben activar en común ante a la crisis afgana, “para preocuparse en primer lugar de los refugiados”. A España han llegado hasta ahora 17 aviones cargados de evacuados españoles, colaboradores afganos y sus familiares, así como personal y allegados de otros países de la UE y de Estados Unidos. Durante una semana seguirá abierta la base de Torrejón y durante un tiempo llegarán a España cerca de 4.000 repatriados y personal militar de Estados Unidos a las bases de Rota y Morón. “Queda mucho por hacer”, ha admitido Sánchez.
"Misión cumplida". El presidente ha calificado como un éxito la labor que han realizado hasta ahora las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado en la zona en una primera fase "compleja, extraordinaria y dramática" que se va a cerrar este fin de semana con la llegada de un nuevo avión a Torrejón y otros tres a Zaragoza, con el personal diplomático que quedada en Kabul y los militares y policías desplazados. Desde el Ejecutivo tienen claro que van a ser muchos más de los 2.200 rescatados los que van a salir del país una vez que se ponga en marcha el régimen violento de los talibanes, en una ola migratoria similar a la que se ha generado en otras zonas en conflicto, como Siria.
Sánchez ha hecho esta aseveración en el Palacio de la Moncloa, en su primera comparecencia pública después de que España haya finalizado la misión. En rueda de prensa, el jefe del Ejecutivo ha asegurado que España trabajará "de manera discreta" y piensa ya en cómo "seguir sacando" a los colaboradores afganos y sus familias a los que "desgraciadamente" no se ha podido evacuar. Sánchez, que no ha aclarado si el Ejecutivo está negociando con los talibanes, ha señalado que no manejan una cifra concreta del número de colaboradores afganos que no han podido abandonar el país asiático, pero ha recalcado: "El Gobierno de España no se va a desentender".
El 47% de las personas llegadas a España son mujeres y el 40%, menores. Además, de las 2.206 personas evacuadas, 1.671 son del contingente de España, 333 del Servicio Europeo de Acción Exterior, 131 de Estados Unidos, 50 de la OTAN y 21 de Portugal, ha detallado el jefe del Ejecutivo. España -ha señalado Sánchez- ha mantenido una perspectiva "absolutamente amplia" acerca de quienes "eran los colaboradores" y sus familias. No ha "descartado" y no se ha "escatimado ningún tipo de esfuerzo" para tratar de "acoger y desplazar al mayor número de población afgana", que en un principio se calculó que serían menos de 800.
El Gobierno prevé que la base área de Torrejón, a la que deben llegar los últimos evacuados y en la que a día de hoy permanecen cerca de 500 personas, siga en funcionamiento durante una semana, un periodo en el que los afganos serán traslados a recursos de acogida en España o a otros países europeos. Ha negado que el doble atentado en las inmediaciones del aeropuerto de Kabul haya acelerado los planes para poner fin al dispositivo y repatriar a los 81 españoles, entre personal diplomático, policía y fuerzas armadas, que permanecían en Kabul para coordinar la evacuación. Sánchez ha indicado asimismo que durante los próximos 15 días seguirán llegando colaboradores afganos de Estados Unidos, en torno a 4.000 personas, a las bases de Rota y Morón.
Por última reconoce que la marcha occidental de Afganistán tras 20 años de presencia "es una tragedia, una crisis y un fracaso que desde España nunca se ha puesto paños calientes en calificar", señalando consecuencias como la estabilidad de la región o una potencial crisis migratoria. En cualquier caso, Sánchez ha insistido en que los militares españoles han hecho "cosas muy importantes" en el país durante los últimos 20 años y, en particular, durante los tres lustros que estuvieron al mando de la provincia de Bagdhis. Durante esa etapa, ha recordado, se construyeron escuelas, carreteras y se llevaron a cabo instalaciones de saneamiento y depuración aguas. A su juicio, eso sirvió para "sembrar una semilla de libertad, de dignidad y sobre todo de igualdad para las mujeres y niñas de Afganistán" que espera que "pueda alumbrar algo positivo en este escenario de tanto dramatismo".
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