LA NASA PREVÉ INTENSOS INCENDIOS ESTE VERANO EN LA AMAZONIA

- Debido a la escasez de lluvias por 'El Niño'. Los efectos a largo plazo del último fenómeno climático de ‘El Niño’, uno de los más potentes jamás registrados, podrían provocar un verano intenso de incendios en la Amazonia, según la predicción estacional elaborada por científicos de la NASA y de la Universidad de California en Irvine (Estados Unidos).
'El Niño’ es un fenómeno natural que ocurre cada dos a siete años y se produce por la interacción entre el océano y la atmósfera en las zonas oriental y central del Pacífico ecuatorial, lo que eleva la temperatura del agua en esta parte del planeta y cambia los patrones climáticos extremos en todo el mundo, especialmente en las regiones tropicales de África, Asia, Oceanía y América Latina, que son particularmente vulnerables a los peligros naturales.
Suele desencadenar lluvias abundantes en unas zonas con las consiguientes inundaciones y sequías prolongadas con pérdidas de cultivos y el aumento de enfermedades y muertes de personas y animales en otras. Habitualmente se intensifica a finales del año en el que surge (de ahí su denominación, por coincidir en fechas próximas al nacimiento del niño Jesús) y alcanza su fase máxima entre octubre y enero del año siguiente, si bien suele ser frecuente que persista hasta bien entrado el primer trimestre de ese año posterior.
Según la Organización Meteorológica Mundial (OMM), el último episodio de ‘El Niño’ de la temporada 2015-16 superó su punto álgido el pasado mes de febrero y es “uno de los más fuertes de la historia, comparable a los de 1997-98 y 1982-83”.
En la Amazonia, este último episodio de ‘El Niño’ redujo las precipitaciones durante la estación húmeda y dejó a esta región con el comienzo veraniego más seco desde 2002, según los datos satelitales de la NASA. “Es el inicio más seco que hemos visto en una temporada de incendios. El reto ahora es encontrar las maneras de utilizar esa información para limitar los daños en los próximos meses”, apunta Jim Randerson, profesor de ciencias de la Tierra en la Universidad de California en Irvine.
Randerson desarrolló la metodología de la predicción de incendios en la Amazonia junto al investigador Yan Chen, también de la Universidad de California, y científicos del Centro de Vuelo Espacial Goddard de la NASA. “Al igual que se sabe que ‘El Niño’ tiene un impacto en la precipitación en el oeste de Estados Unidos, también afecta a la Amazonia, pero en este caso provoca condiciones más secas”, añade Randerson.
“RIESGO EXTREMO”
El riesgo de incendios forestales en esta región del planeta durante los meses de la estación seca (de julio a septiembre) de este año supera ya al de 2005 y 2010, que fueron años de sequía en los que agrandes áreas de selva tropical del Amazonas acabaron quemadas, según Doug Morton, de la NASA, quien añade: “Las condiciones de sequía severa en el inicio de la estación seca preparan el escenario para un riesgo extremo de incendios en 2016 en todo el sur de la Amazonia”.
El pronóstico de los investigadores vincula el clima y las detecciones de fuegos activos en satélites de la NASA para predecir la gravedad de la temporada de incendios durante la estación seca. Desarrollado en 2011, este modelo de predicción se centra en la relación entre la temperatura superficial del mar y la actividad de las llamas. Temperaturas más cálidas de la superficie del Pacífico tropical y el Atlántico cambian los patrones de lluvias en la región amazónica, aumentando así el riesgo de incendios en verano.
Los incendios en la Amazonia tienen impactos locales y regionales. Los fuegos pueden dañar las tierras de cultivo y los bosques vecinos del Amazonas, y causar una severa degradación de los árboles. Además, puede afectar a la calidad del aire en centros urbanos del sur de Brasil como Sao Paulo y Río de Janeiro, lo que agrava los problemas relacionados con el asma y las enfermedades respiratorias.

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