UN 40% DE LA PRODUCCIÓN MUNDIAL DE TRIGO VARÍA POR EL CAMBIO CLIMÁTICO

Un 40% de los cambios en el rendimiento de la producción global de trigo de un año a otro se debe al estrés térmico por la sequía o el exceso de agua debido a las condiciones meteorológicas extremas y el cambio climático.
Así lo aseguran científicos del Centro Común de Investigación (JRC, por sus siglas en inglés), perteneciente a la Comisión Europea, en un estudio publicado en la revista 'Environmental Research Letters' y con el que proponen un nuevo enfoque para identificar los impactos del cambio climático y las condiciones climáticas extremas sobre la variabilidad de la produccion mundial y regional del trigo.
El estudio analiza el efecto de las anomalías de calor y agua en las pérdidas de cultivos durante un periodo de 30 años (entre 1980 y 2010) e incluye un índice de estrés combinado para comprender mejor los episodios simultáneos de estrés por estos fenómenos climáticos.
En contraste con la percepción común, el exceso de agua afecta más a la producción de trigo que la sequía en varios países. Las precipitaciones excesivas y la mayor presencia de las nubes, especialmente durante las etapas sensibles de desarrollo de la cosecha, son los principales contribuyentes a la reducción de los rendimientos, ya que ayudan a las plagas y proliferan las enfermedades, con lo que hacen más difícil a las plantas obtener el oxígeno y la luz que necesitan.
En 2010, el trigo aportó un 20% de todas las calorías dietéticas en todo el mundo, por lo que tiene un papel importante en la seguridad alimentaria en todo el mundo y algunos países dependen en particular de este producto.
A medida que el cambio climático aumenta la duración, la frecuencia y la gravedad de los fenómenos meteorológicos extremos, es cada vez más urgente identificar sus efectos y proporcionar alertas tempranas para garantizar la estabilidad del mercado y la seguridad alimentaria mundial.
El estudio ayuda a comprender mejor el papel de los factores meteorológicos en la producción de trigo y las anomalías de rendimiento global. Muestra por primera vez el efecto de los fenómenos extremos individuales y sus impactos en determinadas etapas de desarrollo del cultivo (por ejemplo, el efecto de la sequía durante los períodos clave de desarrollo, como la floración y el llenado de granos).
En comparación con los enfoques anteriores, el índice de estrés combinado tiene la ventaja de poder calcular el efecto de las anomalías de un solo tiempo en la producción total de cultivos en los ámbitos mundial y regional. Además, ofrece una herramienta sencilla y práctica para calcular anomalías de rendimiento utilizando pronósticos y proyecciones estacionales del clima, lo que permite establecer mejores estudios de adaptación y estrategias de mitigación.
El modelo explica los efectos de la temperatura y los cambios de humedad del suelo (positivos y negativos) en las fluctuaciones globales y regionales de la producción de trigo.
Un estudio de caso específico se llevó a cabo en Francia, donde se encontró que el trigo era más sensible a las condiciones demasiado húmedas. En otros países, el estrés térmico y la sequía son los predictores más importantes de las pérdidas de cosechas. Por ejemplo, la sequía tiene un mayor efecto perjudicial sobre los rendimientos de trigo que el estrés térmico en los países mediterráneos.

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