Reino Unido vota en unas elecciones inciertas que pueden marcar el rumbo de Europa

    • La política de pactos abre juego ante el más que probable empate técnico entre conservadores y laboristas.
    • Cameron mantiene su empeño en la consulta de 2017 que decidirá sobre la salida del país de la UE.
    • El Parlamento será el más eurófobo de la historia: la UKIP de Nigel Farage sería tercera.
Dos británicos acuden a un colegio electoral.
Dos británicos acuden a un colegio electoral.

Reino Unido empieza a acostumbrarse a que a sus citas electorales las acompañe el calificativo de "reñidas". Lo fueron las de 2010, cuando ya fue necesario un gobierno de coalición en ausencia de mayorías absolutas. Entonces, el Partido Conservador liderado por David Cameron se alzó con una victoria que no era no la suficiente. La alianza con los Liberal Demócratas de Nick Clegg le permitió ser finalmente nombrado primer ministro.

Esta situación de inicial ingobernabilidad se denomina hung parliament (Parlamento colgado), y no se producía desde las elecciones de 1974. Como prueba, desde la II Guerra Mundial tan sólo 16 de los 18 procesos electorales dejaron un escenario sin hegemonías parlamentarias, que ahora podría revalidarse de forma consecutiva.

Este escenario se produce cuando ningún partido obtiene más escaños que la suma de los que consigue el resto de partidos. Y es el que también o avanzan las encuestas, que perfilan tras estas elecciones un nuevo escenario sin hegemonías parlamentarias. De acuerdo a las últimas realizadas por la BBC, los conservadores lograrían el 34% de los votos, frente al 33% de los laboristas, el 14% para UKIP; el 8% para los liberales-demócratas; el 5% para los Verdes y el 6% para el resto de partidos. En la Cámara de los Comunes hay 650 diputados, de forma que la mayoría se sitúa en los 326.

El resultado: un entre las dos grandes formaciones que aspiran a gobernar. El particular sistema electoral de Reino Unido establece que si ninguno tiene mayoría de escaños suficiente gobernará aquel que "sea más capaz de hacerse acreedor de la confianza de la Cámara de los Comunes". No es lo habitual (ocurrió por última vez en 1924 que el partido de gobierno fue el que no ganó las elecciones) y los británicos apoyan mayoritariamente que sea el partido con más escaños el que forme Ejecutivo. Así que el escenario más probable es, como ocurrió hace cinco años, un Gobierno de coalición, con reparto de ministerios y un programa común. La incertidumbre es tal que tampoco se descarta un gobierno en minoría, algo que no desagrada al líder conservador, David Cameron, si se convierte en la fuerza más votada.Los posibles pactos

Las alianzas más probables, en caso de haberlas, son las que podrían formar los conservadores de Cameron o los laboristas de Ed Miliband con los Liberal-demócratas de Nick Clegg, que se han dejado querer por ambos. Los laboristas sí han rechazado abiertamente formar un gobierno con los nacionalistas escoceses del SNP, pese a que el acuerdo les permitiría obtener una mayoría de escaños suficiente. Según los sondeos, el partido se haría con la práctica totalidad de los 59 escaños que se disputan en Escocia. Los liberal-demócratas han condicionado también cualquier acuerdo a que éste no incluya a los escoceses, la misma exigencia de Los Verdes. Los conservadores podrían verse apoyados también por la UKIP del antieuropeísta Nigel Farage, siempre y cuando atienda a sus exigencias contrarias a la UE y al euro.

Los partidos tendrán en cualquier caso de plazo hasta el 18 de mayo para decidir estas posibles alianzas. Si el primer ministro no tiene entonces claro que pueda formar Gobierno deberá dimitir. La Reina Isabel llamaría entonces a su 'rival' Ed Miliband. Pero, ¿qué ocurriría si Miliband tampoco reúne apoyos?

En ese caso, el futuro gobierno se decidiría en el denominado Discurso de la Reina, que se celebrará el 27 de mayo. Una sesión para la que el Gobierno habrá de redactar su proyecto, que es leído por la soberana en la Cámara de los Lores. Los Comunes deben votarla. Los diputados pueden plantear una moción de censura, que habrá de contar con el apoyo de la mitad más uno de los diputados. En ese caso, el primer ministro habrá de dimitir y se dará un margen de 14 días hasta convocar de nuevo elecciones. Sólo las evitará que en ese periodo un partido sea capaz de conseguir los apoyos necesarios para formar, esa vez sí, Gobierno.

Pese a la incertidumbre, no parece que esto vaya a suceder. Los medios británicos llevan semanas especulando con los colores del futuro gobierno y sugieren que los pactos ya están cocinados. El Financial Times cita fuentes cercanas a Cameron para afirmar que los conservadores llegarán a un acuerdo rápido con los liberal demócratas para reeditar Gobierno.El papel de los partidos minoritarios

Reino Unido, acostumbrado hasta ahora a un panorama electoral de 'dos bloques' ve cómo su escenario se fragmenta en un mosaico de formaciones minoritarias que aspiran a convertirse en la llave de estos comicios. Como le sucedió a los liberal demócratas en 2010, cuando el acuerdo con Cameron le permitió acceder al Gobierno, otros partidos desean también ganar una visibilidad que podría ser clave.

Los liberal demócratas no se encuentran en su mejor momento de popularidad, debido, sobre todo, al desgaste sufrido en estos últimos cinco años y al no haber logrado sacar alguna de sus promesas esenciales, como la reforma de la Cámara de los Lores o cambios en la ley electoral. Ahora, de nuevo como 'bisagra', se han comprometido a subir impuestos para las rentas más altas o a destinar más dinero para educación y sanidad.

La antieuropea UKIP vivió su momento de mayor esplendor el año pasado, con un discurso muy bronco contra las instituciones europeas y la permanencia británica en la UE (su líder, Nigel Farage ha promovido abiertamente un referéndum sobre la salida del país de la UE). Sin embargo, la UKIP se ha visto aquejada también en las últimas semanas de un cierto agotamiento en las encuestas, y, tras disfrutar las mieles de ser la fuerza más votada en Reino Unido en las pasadas elecciones al Parlamento Europeo, se sitúa ahora en una horquilla de entre el 12 y el 13 por ciento. Unos 20 escaños. Pese a todo, tercera fuerza.

En el batallón de los minoritarios se coloca también el Partido Verde, que, en 2010, logró su primer representante en la Cámara de los Comunes y ahora rondan el 5% en intención de voto con un programa que gira en torno al fomento de las renovables y la nacionalización del sistema ferroviario.

En Escocia, se espera que el vencedor indiscutible sea el Partido Nacional Escocés, que se haría con la gran mayoría de los 59 escaños que entran en juego en el país. Un hecho inédito.

Existen además alrededor de 170 candidatos que se presentan como 'independientes', sin ninguna formación que las respalde. Entre ellos, figuras extravagantes que defienden el cigarrillo electrónico o el cannabis, e incluso comediantes.Una campaña en torno a la austeridad

El país no es ajeno a la ola de descontento que se vive en toda Europa, y la economía ha sido protagonista indiscutible de la campaña.

Las recetas de austeridad de Cameron no le han hecho en cambio, según los sondeos de popularidad, tanta mella como a otros dirigentes europeos. Es el líder británico mejor valorado, y esto es, porque ha sido capaz de reavivar las cifras económicas y dar al país un lustre de crecimiento económico que se había perdido en los años más duros de la crisis. El primer ministro británico ha hecho también algunos guiños sociales-como la legalización del matrimonio gay-pero su política en este ámbito ha sido criticada: los serios recortes en derechos sociales, motivados sobre todo por la necesidad de afrontar un déficit presupuestario histórico, han sido la gran baza electoral de sus adversarios. Casi inmune a estas críticas, Cameron ha priorizado en campaña el superávit presupuestario que aspira a lograr en 2020, frente a las políticas sociales.

Su perfil tampoco le ha ayudado a 'sanear' la deteriorada imagen 'tory' y a ganarse el favor definitivo de las clases medias Hijo de un corredor de Bolsa, en el exclusivo colegio de Eton y durante su etapa en Oxford, donde se licenció en Filosofía, Política y Economía, perteneció al elitista Bullingdon Club, un colectivo formado por los estudiantes de las familias más acomodadas conocido por su comportamiento extremo. Está casado con la hija de un aristócrata.

La oposición ha aprovechado las 'lagunas' en derechos sociales para comprometer unas políticas económicas más flexibles con las sociales y sin el implacable calendario marcado por Cameron.Las consecuencias para Europa

En las actuales relaciones de Reino Unido con el resto de la UE se marca un año clave, el 2017. Es la fecha prevista por Cameron para celebrar un referéndum en el que se decida si el país sigue o no perteneciendo a la UE. La consulta ha provocado serias heridas en el seno de los conservadores, pero no ha cejado al primer ministro en su empeño, convencido de que es la única forma de mantener fiel el voto de la derecha. Su adversario, Miliband, ha criticado que, con esta política, Cameron solo consiga "aislar" a Reino Unido sin obtener ningún beneficio.

"Si yo soy primer ministro, yo voy a gastar mi energía sobre el poder de compra, el empleo y la salud y no sobre esta idea de quitar la Unión Europea", dijo en una de sus intervenciones de campaña. El tema es sensible y genera divisiones entre los británicos. Sus detractores apuntan a las consecuencias económicas para un país que se ve beneficiado con unos 78.000 millones de libras al año por su pertenencia a la UE. Las exportaciones no son ajenas; Reino Unido mantiene más de la mitad de sus relaciones comerciales exteriores con Francia y Alemania.A las elecciones británicas se ha referido hoy el ministro de Asuntos Exteriores y Cooperación español, José Manuel García-Margallo, quien ha afirmado que la salida del Reino Unido de la UE "sería una catástrofe", ya que el país quedaría "completamente aislado" de la Unión y "perdería su importancia en el mundo".Según García-Margallo, el actual Gobierno de Cameron ha cometido "dos errores": convocar un referéndum de secesión en Escocia y anunciar que convocará un referéndum sobre la pertenencia o no del Reino Unido a la Unión Europea

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