Religioso condenado en España a la cárcel por abusar de menor brasileño

  • Un tribunal de Granada, en el sur España, condenó a diez años de cárcel a un misionero que abusó de dos menores, uno de ellos brasileño.

Granada (España), 10 dic.- Un tribunal de Granada, en el sur España, condenó a diez años de cárcel a un misionero que abusó de dos menores, uno de ellos brasileño.

La sentencia, a la que ha tenido acceso Efe, considera al misionero Alfonso J.R.O. culpable de un delito continuado de abusos sexuales y lo absuelve de un delito de agresión sexual.

El misionero, que impartió clases de religión en tres institutos públicos granadinos, fue enviado como diácono en 1987 por el Arzobispado de Granada a Brasil y poco después creó una asociación benéfica por la que jóvenes brasileños viajaban a España para estudiar.

Al conocerse las denuncias sobre casos de abusos, el misionero fue suspendido de sus funciones por el Arzobispado.

El primero de los casos fue de un menor español y se remonta a 1990, por lo que ya ha prescrito y al no haber agresión no se le impuso ninguna pena al acusado.

La segunda víctima es un brasileño que explicó durante el juicio que conoció al condenado en 2001, cuando tenía ocho años y el misionero se desplazó a una zona deprimida de Brasil y entabló amistad con su familia.

Recordó que el condenado comenzó pasándole la mano "como con caricias", a lo que siguió una correlación de abusos que se fue incrementando durante años hasta que en 2004, cuando el niño tenía diez años, mantuvo relaciones sexuales con el condenado.

El joven brasileño explicó los diferentes abusos que sufrió en su país con "demasiada" frecuencia, que su padre recibía "dinero y ayuda" del condenado y que las prácticas sexuales continuaron cuando llegó en 2006 a España, donde convivía con el acusado, hasta que lo dejó en 2011 y lo denunció en 2012.

La sentencia señala que resulta "absolutamente obvio el aprovechamiento" por parte del acusado de una "situación de manifiesta y notoria superioridad" frente a su víctima y lo ha condenado a diez años de cárcel por un delito continuado de abusos sexuales, frente a la agresión sexual que solicitó la Fiscalía.

El condenado puede recurrir la sentencia, por la que se le impone indemnizar al brasileño con 40.000 euros por daños (cerca de 50.000 dólares).

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