Restos de adn llevan al supremo a absolver a un inocente que falleció en la cárcel


La Sala de lo Penal del Tribunal Supremo ha anulado la sentencia por la que se condenó a Antonio Guile Martínez, quien falleció en prisión cuando cumplía la pena impuesta, después de que unos restos de ADN hayan demostrado que no fue el autor del robo con violencia que se le atribuía.
“Se trata de sanar situaciones acreditadamente injustas, en las que se evidencia a favor del reo la inocencia respecto al hecho que sirvió de fundamento para la sentencia condenatoria”, explican los magistrados del Supremo en la sentencia hecha pública este miércoles.
Los hechos se remontan al 29 de mayo de 2010, cuando una mujer que conducía su coche por el centro de Sevilla fue abordada por una persona. El atracador golpeó el cristal del copiloto con una piedra y mantuvo un forcejeo con la víctima en el que ambos resultaron heridos. El asaltante logró finalmente hacerse con el bolso de la mujer.
La víctima, durante la instrucción de la causa, reconoció sin género de dudas y en tres momentos procesales distintos a Antonio Guile Martínez como el hombre que le había sustraído el bolso. La policía, de forma paralela, obtuvo en la inspección ocular del vehículo una prueba de sangre del ladrón.
El Juzgado de lo Penal número 10 de Sevilla, en base a estas pruebas, condenó en abril de 2011 a Guile Martínez como autor del robo a dos años y ocho meses de prisión. Se le encontró culpable de un delito de robo con violencia y de una falta de lesiones. El condenado falleció en la cárcel en septiembre de 2012.
RESTOS BIOLÓGICOS
Un año y cinco meses después de aquel atraco, y tras el fallecimiento de Antonio Guile, el laboratorio de Biología ADN de la Policía Científica remitió al juzgado de Sevilla los resultados de la prueba practicada con los restos genéticos encontrados en el coche. La prueba descartó a Guile e identificó a un hombre detenido por otro atraco.
La sentencia del Supremo, de la que ha sido ponente el magistrado Manuel Marchena, estima el recurso de revisión que presentó la Fiscalía después de aparecer estos nuevos elementos de prueba que evidenciaban la inocencia del condenado.
El Alto Tribunal asegura que ha quedado acreditado que Antonio Guile no cometió el atraco por el que fue condenado y explica que el verdadero autor de los hechos “era tan parecido físicamente al fallecido que la víctima los confundió cuando se le mostraron las fotografías de ambos”. “La rotundidad del dato científico despeja dudas sobre la autoría”, señala los magistrados de la Sala de lo Penal del Supremo.
La persona identificada por la prueba de ADN será ahora juzgada por el atraco, mientras que los familiares de Guile Martínez podrían emprender acciones para reclamar una indemnización.

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