Rivera Garza ambienta en la taiga un "thriller" sobre las huidas sin heroísmo

  • La mexicana Cristina Rivera Garza eligió el paisaje "insalubre, terrible, frío e incómodo" del bosque nórdico de la taiga para ambientar su última novela, una metáfora sobre los viajes o huidas inextricables que protagonizan a veces los seres humanos.

Alberto Cabezas

México, 21 jun.- La mexicana Cristina Rivera Garza eligió el paisaje "insalubre, terrible, frío e incómodo" del bosque nórdico de la taiga para ambientar su última novela, una metáfora sobre los viajes o huidas inextricables que protagonizan a veces los seres humanos.

"El mal de la taiga" (Tusquets, 2012), título de la novela, relata la historia de "una mujer que huye y un hombre que va con ella" quienes, conforme se avanza, "sabemos que están recorriendo de ciudades más grandes, a medianas, a más pequeñas, hasta un confín del mundo", dijo la escritora en una entrevista a Efe.

Para Rivera Garza (Matamoros, 1964), "la metáfora es más o menos clara: hacen un recorrido hacia las regiones desconocidas de sí mismos, están aventurándose en aquello que no conocen y parece atraerlos más".

"No es una decisión programática ni pasional, ni de las que dicen 'hoy conquistaremos el mundo'" como si se tratara de una epopeya, sino todo lo contrario, "algo que va ocurriendo nada más porque das un paso, das el otro y después no te puedes parar", agrega.

Según la profesora del Departamento de Literatura de la Universidad de California en San Diego, la idea de explorar al ser humano y la desorientación, le rondaba la cabeza desde hace tiempo, y tomó forma cuando escuchó hablar del "mal de la taiga".

"Existe. Es un síndrome de aquellos que tratan de huir en estos parajes (con vegetación de coníferas) que son tan similares a sí mismos que la gente termina desorientándose y dando vueltas, y a veces muriendo, ya sea de hipotermia o angustia", señala.

Rivera Garza terminó de escribir la novela a finales del año pasado, trabajando desde las faldas del Nevado de Toluca, un volcán dormido de 4.680 metros de altura ubicado a 120 kilómetros al sudeste de Ciudad de México y rodeado de bosques.

El libro está planteado como un "thriller" en el que confluyen cuentos de hadas, seres fantásticos con técnicas y evocaciones de las novelas detectivescas, incluyendo un guiño al cineasta francés Francois Truffaut (1932-1984) y a su película "L'enfant Sauvage" (El pequeño salvaje, 1969).

A Rivera Garza le interesó sobre todo explorar un "territorio límite" como la taiga, esos bosques del hemisferio boreal ubicados entre la tundra y la estepa, en países como Estados Unidos, Canadá, Noruega, Suecia, Finlandia y Rusia, pero a los que desde México solo se llega con la imaginación.

"Quería ver el mundo desde el punto de vista, desde el que se está yendo, pero sin triunfalismo y sin reivindicación alguna, como un poco tratando de que pasemos por lo inestable que es esa experiencia", explicó.

Rivera Garza considera que en el trayecto que decidió narrar "no hay heroísmo, no hay un objetivo, de ahí el vértigo, el terror, y la constante pregunta de ¿pero por qué, por qué se siguen?" que se hace el lector ante los dos misteriosos personajes que mueven la trama.

Actualmente los viajes, las migraciones, suelen encerrar un móvil concreto, un fin práctico del que, en esta ocasión, carecen sus protagonistas, señala.

"Cuando me encuentro, por ejemplo, a gente, sobre todo en Estados Unidos, por lo regular siempre hay una historia de amor detrás pero cuando les hacen la entrevista seria, sociológica, jamás se mencionan cosas por el estilo. Es cursi, no es socialmente relevante", agrega.

La obra, recién publicada, está ilustrada por el español Carlos Maiques, una inusual aportación que abre un sugerente diálogo para el público lector entre el texto y la imagen.

Además, es la primera que escribe aislada y escuchando temas musicales como "Cantus Articus" de Einojuhani Rautavaara, "La caída de la nieve sin ti", de Sainko Namtchylak, "Eileo", de Mira Calix, o "Come tenderness", de Lisa Gerrard, referidos en una lista que figura en las postrimerías del libro.

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