Lo ha dicho en la inauguración del Fòrum de Lluites Compartides de Òmnium Cultural, donde el presidente de la entidad, Jordi Cuixart, ha afirmado que Catalunya está lista para acoger a más de 4.000 refugiados, y ha insistido en "denunciar que es el gobierno de España quien lo está impidiendo".
Cuixart ha alertado de que el drama de los refugiados está más vivo que nunca en todo el mundo, aunque ha subrayado que Catalunya ha recibido y generado muchos flujos migratorios.
En su ponencia, Romeva ha recordado que no se puede perder de vista la memoria histórica, puesto que "cuando los catalanes pidieron refugio en otros países lo encontraron", y ha destacado la importancia de dotar a las administraciones de recursos para impedir que pasen situaciones como estas y poder reaccionar en caso de que pasen.
También ha participado en el debate la portavoz de la asociación Stop Mare Mortum, Beatriu Guarro, que ha asegurado que la situación actual no se trata de una crisis de personas refugiadas si no del estado de derecho: "Hemos visto como los estados europeos han firmado tratados como el de los Derechos Humanos o la Convención de Ginebra y no los han cumplido".
El fundador de Proactive Open Arms, Òscar Camps, ha dicho no entender que la "gente tenga que morir en el mar", y ha afirmado que la sociedad tiene que intervenir y movilizarse para poner freno a esta problemática ya sea controlando la venta de armas que intervienen en estos conflictos o exigir cambios a las instituciones políticas.
En el mismo sentido, el activista Arcadi Oliveras ha recordado que ya en 1978 se creó la Asociación Catalana de Solidaridad y Ayuda al Refugiado porque había muchas personas, la mayoría procedentes de América del Sur, que huían por motivos políticos, y ha recordado que entonces Catalunya acogió a 50.000 de ellos, a pesar que las condiciones eran "mucho peores que ahora".
A lo largo del debate, Romeva y Oliveras han destacado la importancia de sensibilizar la sociedad para entender que inmigrante y refugiado es la misma persona y que en ningún caso hay que criminalizar esta figura puesto que, según Oliveras, "tenemos importante responsabilidad en su situación porque o bien nosotros los hemos empobrecido o les hemos generado conflictos".
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