Rotundo fracaso del ultraderechista y xenófobo Partido Nacional Británico

  • Londres.- El ultraderechista y xenófobo Partido Nacional Británico (BNP), del eurodiputado Nick Griffin, ha sufrido un rotundo fracaso en las elecciones de este jueves en el Reino Unido.

Cameron tiende la mano a Clegg en busca de un Gobierno sólido en Reino Unido
Cameron tiende la mano a Clegg en busca de un Gobierno sólido en Reino Unido

Londres.- El ultraderechista y xenófobo Partido Nacional Británico (BNP), del eurodiputado Nick Griffin, ha sufrido un rotundo fracaso en las elecciones de este jueves en el Reino Unido.

El BNP no ha conseguido ganar un solo escaño pese a haber presentado a más de trescientos candidatos a lo largo y ancho del país.

Tras un año de mayor exposición a los medios de comunicación por la presencia de Griffin y su correligionario Andrew Borns en el Parlamento Europeo, el BNP sólo ha logrado aumentar su voto popular un 1,8 por ciento hasta poco más de un millón de votantes.

Griffin, de 51 años, que se presentaba por la circunscripción de Barking (este de Londres), fue derrotado ampliamente por la laborista Margaret Hodge, quien le espetó, tras conocerse el resultado: "Haga sus maletas y váyase".

El secretario de la ONG antifascista "Unite Agains Fascism" afirmó por su parte que "los votos conseguidos por BNP han sido ridículos" y agregó que "con su exposición a los medios se ha revelado lo que es ese partido".

La participación de Griffin, el pasado octubre, en un debate de la BBC junto a destacados políticos de otros partidos, suscitó fuertes protestas contra la emisora pública, que defendió el derecho de ese partido a expresar sus puntos de vista.

Claramente envalentonado y sin ser consciente de sus fuerzas reales, Griffin envió antes de las elecciones un correo electrónico a sus correligionarios anunciándoles que éstas serían las últimas a las que se presentaría el BNP "como un partido pequeño".

A la clara derrota de Griffin ha podido contribuir tanto la aversión tradicional del pueblo británico a los extremismos como las propuestas para limitar la inmigración tanto de laboristas como conservadores.

Los primeros propugnan, entre otras medidas, un sistema de puntos como el australiano, la prohibición de entrada a los trabajadores no cualificados de fuera de la UE, mientras que los "tories" abogan por fijar un tope anual a los inmigrantes económicos y exigirles un nivel de inglés.

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