Rousseff juramenta a nuevo ministro de Turismo a 1.000 días del Mundial 2014

  • La presidenta brasileña, Dilma Rousseff, juramentó hoy a su nuevo ministro de Turismo, Gastão Vieira, que sustituye en el cargo al diputado Pedro Novais, quien dimitió el pasado miércoles arrinconado por sospechas de corrupción.

Brasilia, 16 sep.- La presidenta brasileña, Dilma Rousseff, juramentó hoy a su nuevo ministro de Turismo, Gastão Vieira, que sustituye en el cargo al diputado Pedro Novais, quien dimitió el pasado miércoles arrinconado por sospechas de corrupción.

"Asume este cargo en momentos en que el país tiene por delante tres grandes desafíos: la Copa de las Confederaciones de la FIFA (2013), el Mundial de fútbol (2014) y los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro (2016)", enumeró Rousseff al poner en funciones al nuevo ministro.

La jefa de Estado celebró el hecho de que la investidura de su nuevo colaborador en esa área haya ocurrido hoy, a falta de exactos 1.000 días para la inauguración del Mundial de fútbol, prevista para el 12 de junio de 2014. "Sin duda es un muy buen augurio", afirmó la gobernante.

Vieira, abogado de 65 años y con más de cuatro décadas de vida política, ocupaba hasta ahora un escaño como diputado por el Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), el más influyente de la coalición gobernante junto con el Partido de los Trabajadores (PT).

En su breve discurso, Rousseff no hizo ninguna alusión a la salida de Novais, quien ocupó el cargo desde enero pasado y este miércoles presentó su dimisión en medio de reiteradas acusaciones sobre supuestos abusos con dinero público.

Novais fue el cuarto miembro del gabinete que Rousseff perdió por acusaciones de corrupción desde que asumió el poder, el 1 de enero pasado.

Desde mayo pasado, ya renunciaron por acusaciones de corrupción Antonio Palocci (Presidencia), Alfredo Nascimento (Transportes) y Wagner Rossi (Agricultura), a quienes se sumó el exministro de Defensa Nelson Jobim, que se apartó por diferencias con el Gobierno.

En el caso de Novais, su renuncia se precipitó después de que, esta semana, el diario Folha de Sao Paulo denunció que durante los últimos siete años había pagado el salario de una mucama con dinero público y que su esposa tenía como chófer particular a un empleado de la Cámara de Diputados.

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