El día que Sánchez conoció a Casado: de un curso universitario fallido a Moncloa

  • El presidente y el líder del PP se vieron por primera vez mientras uno era profesor en la Camilo José Cela y otro colaboraba con la Johns Hopkins.
Pablo Casado
Pablo Casado
Efe

Pedro Sánchez y Pablo Casado no son, ni mucho menos, dos desconocidos. El presidente del Gobierno y el líder del PP se tratan desde hace más de un lustro. En concreto fue en 2012 cuando ambos comenzaron una relación que, con altibajos, va a cobrar especial intensidad a partir de ahora. Por eso, cuando se reunieron en Moncloa este pasado jueves demostraron cierta sintonía, más allá de la cuestión generacional que les une. Esta es la historia de la relación entre los dos representantes políticos más importantes del momento.

Para conocer los orígenes de la relación entre Sánchez y Casado hay que remontarse a 2012. El actual presidente del Gobierno ya era profesor de Estructura Económica e Historia del Pensamiento Económico, desde 2008, de la Universidad Camilo José Cela. Antes había sido diputado en el Congreso durante dos años, cuando entró en la Cámara Baja en sustitución del exvicepresidente económico Pedro Solbes. Es decir, el entonces joven socialista había vuelto al mundo universitario para culminar sus tesis doctoral tras un breve paso por el poder legislativo.

Casado, por su parte, comenzó a colaborar con la prestigiosa universidad estadounidense Johns Hopkins. El centro lo nombró "non-resident fellow de la School of Advanced International Studies (SAIS)" y quiso que el joven militante popular, del que ya tenían referencias por haber trabajado en Moncloa a las órdenes de José María Aznar, organizara un curso sobre economía en España con el sello de la institución académica con sede en Baltimore (Virginia). El ahora presidente del PP se puso manos a la obra y contactó con el profesor universitario Pedro Sánchez para encontrar una forma de colaboración.

Casado representaba a la Johns Hopkins y Sánchez a la Camilo José Cela. Hablaron por teléfono, se vieron, avanzaron en un posible curso... Pero al final no hubo acuerdo. Sin embargo, estas conversaciones sirvieron a ambos para conocerse, para saber cómo era uno y otro y, quién se lo iba a decir, para sentar las bases de una relación que se retomaría con gran intensidad seis años más tarde, pero esta vez uno sentado en el despacho más importante de La Moncloa y otro en la séptima planta de la calle Génova.

Hasta la fotografía de este jueves en el complejo presidencial aún hay otro hito importante en la relación entre Sánchez y Casado. Los dos protagonistas de la política actual recuerdan las sesiones que compartieron a partir del año 2013 en la Comisión Mixta para la Unión Europea. El popular era portavoz de su partido y el socialista, adjunto. Pero ambos tuvieron que batirse el cobre en asuntos importantes que coincidían con los primeros años de legislatura de la mayoría absoluta de Rajoy. Era la época de los recortes, un tiempo en el que el presidente se centró en evitar el rescate soberano y Sánchez aprovechaba cada sesión para reprochar al Gobierno su falta de iniciativa en el plano internacional. Fueron discusiones intensas entre Sánchez y Casado, según rememoran.

A partir de ese momento la relación se interrumpió. En 2014 Pedro Sánchez alcanzó por primera vez la secretaría general del PSOE. Eran los años del famoso equipo Sugus y de una estrategia centrada en mantener el poder apoyándose en las redes sociales. Y es que la Red es otro aspecto que une a ambos líderes: el presidente del Gobierno las considera esenciales en la política actual y Casado ya ha anunciado que su intención es digitalizar el PP. Ha hablado incluso de un partido 2.0.

El abulense y el madrileño volvieron a rememorar en Moncloa, este caluroso mes de agosto, aquellos años que sirvieron a ambos para foguearse en la política y en el mundo universitario. Ambos también son dos "frikis" (la denominación la emplea el propio Casado) de la política internacional, por lo que buena parte de su conversación privada de este jueves estuvo centrada en estos asuntos: inmigración, amenaza yihadista, OTAN, relación con nuestros socios... 

A partir de ahora Sánchez y Casado tendrán que subir el nivel y abordar asuntos de Estado. Pero las reformas de calado no parecen posibles en esta legislatura con dos dirigentes que representan dos proyectos políticos opuestos y, en la mayoría de ocasiones, incompatibles. Por eso las 2:50 horas de reunión no sirvieron para avanzar en prácticamente nada. Se abre, por tanto, una etapa en la que los que fueron compañeros de hemiciclo y casi socios protagonizarán duros debates en el Congreso. Ahora lo que está en juego no es un curso universitarios, sino la Presidencia del Gobierno.

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