Secuestros falsos, el nuevo negocio de los delincuentes mexicanos

  • Rosario García cogió su teléfono un sábado por la mañana y escuchó al otro lado el grito de una persona querida: “Mamá ¡ayúdame! Me han metido en un coche. Estoy secuestrada”, le dijo una voz tan parecida a la de su hija de 33 años que Rosario estaba segura de que se trataba de ella. Después se puso un hombre al teléfono: “Si no nos da lo que queremos, mataremos a su hija Paula”. Rosario podía oir de fondo los gritos de su hija pidiendo compasión. Después escuchó otra cosa, algo imposible: “¡Papá, ayúdame!”. Pero el padre de Paula había muerto hace años. La mujer al otro lado del teléfono no era Paula. El secuestro era una mentira.
Michael E. Miller | GlobalPost

(México D.F.). Los expertos dicen que desde que comenzó la práctica de los secuestros falsos hace nueve años, unos 20 millones de mexicanos como Rosario han sido víctimas de estos “secuestros virtuales”, una técnica de extorsión efectiva en un país en el que los secuestros reales son comunes. El procedimiento es simple: una llamada de teléfono, un grito pidiendo auxilio y la exigencia de dinero o de información financiera a la familia antes de que los padres tengan tiempo de ver a su hijo.

Hasta hace poco parecía que poco podía hacer el Gobierno para prevenir estas llamadas. El rápido crecimiento del parque de teléfonos móviles en México significa que en la actualidad hay millones de líneas no registradas a nombre de nadie, y que por lo tanto no se pueden rastrear. Hay cálculos que indican que al día se hacen más de 12.000 llamadas de ese tipo en México, y casi todas ellas desde dentro de cárceles del país.

Pero ahora, con la puesta en marcha de una base de datos específica, el Gobierno de Felipe Calderón pretende poner fin a esta impunidad, exigiendo a todos los mexicanos que registren sus teléfonos móviles. Las autoridades dicen que el Registro Nacional de Usuarios de Usuarios de Teléfonos Móviles (RENAUT) permitirá a los investigadores rastrear las líneas usadas para realizar extorsiones o secuestros y llevar a los delincuentes ante la Justicia.

Este mismo mes el Gobierno federal ha desactivado 30 millones de líneas telefónicas cuyos propietarios no las habían registrado antes de la fecha límite del 10 de abril.Esta iniciativa, no obstante, ha sido fuertemente criticada. Las compañías telefónicas están disgustadas por el dinero que pierden con el bloqueo de las líneas no identificadas, y los grupos de derechos civiles argumentan que la base de datos viola el derecho a la privacidad de los mexicanos.

Los expertos en seguridad dicen que la base de datos hará más mal que bien.“Este registro de teléfonos móviles no va a contener el crimen en absoluto, porque la información simplemente se pondrá a la venta”, dice Fernando Ruiz, presidente del Consejo para la Ley y los Derechos Humanos, una ONG que investiga secuestros y extorsiones en México.

De los 65 millones de números de teléfono móvil registrados hasta la fecha se sabe que en torno al seis por ciento están inscritos bajo identidades falsas, incluyendo varios miles a nombre del multimillonario Carlos Slim, de cantantes famosos o del propio presidente Felipe Calderón.

“Los delincuentes están burlándose totalmente de todo esto”, dice Ruiz.En un país listado en el puesto número 89 del mundo en nivel de corrupción, los mexicanos temen que el Gobierno utilice de forma inadecuada los datos de ese registro, aunque las autoridades insistan en que son confidenciales.

Hace unos días el periódico mexicano El Universal informó que en el mercado negro de México D.F. ya se puede comprar sin problemas información confidencial (desde el número del carné de conducir hasta placas con foto de policías), supuestamente extraída de archivos confidenciales del Gobierno. Dichas revelaciones han hecho que incluso los defensores del RENAUT estén exigiendo mayores garantías de seguridad.

“La realidad es que hay aún muchas irregularidades dentro de la ley, y esto ha creado inseguridad entre la población”, dice Gerardo Leyva, un legislador que, como jefe de la Comisión de Comunicaciones, ha propuesto severas condenas por el uso indebido de RENAUT. “Los mexicanos tienen miedo de que incluso el Gobierno federal, o la gente al frente del registro, pueda usar la información para intimidarles, amenazarles o secuestrar a gente, o que la información pueda llegar de algún modo a manos del crimen organizado”.

Aún así, insiste Leyva, la alternativa es mucho peor. “Dado que estos teléfonos móviles son utilizados para hacer amenazas o exigir rescates por secuestros, el registro bien vale la pena”.Pero muchos mexicanos (incluyendo las víctimas de secuestros falsos) no están tan seguros.

Lucrecia Solano es una de esas personas.Primero, el hombre que estaba al otro lado del teléfono le dijo a Solano que era un empleado de banco que tenía que comprobar su cuenta. Sabía incluso su nombre. Pero cuando ella le preguntó cómo había conseguido su número de móvil, su historia cambió.

“Estamos apuntando a su madre a la cabeza con una pistola”, le dijo. “Si no nos da lo que le pedimos dispararemos aquí mismo y ahora”.Lo que quería eran 2.000 dólares. Pero Solano había escuchado historias de amenazas parecidas a sus amigos y familiares.

Pese al temor de que su madre pudiese estar realmente en peligro, no dio credibilidad a la voz al otro lado del teléfono. “No tengo madre”, le dijo, y colgó. Después cogió el coche y fue rápidamente a casa de su madre, donde se encontró a la anciana de 86 años sentada en el sofá viendo la televisión.

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