Shigeru Mizuki dibuja la crueldad de la guerra en el cómic "Operación muerte"

  • Madrid.- El maestro del cómic japonés Shigeru Mizuki ha plasmado en "Operación muerte" un relato autobiográfico, hecho con "rabia" e "impotencia", que desvela el desprecio del alto mando nipón por la vida de los soldados del ejército imperial durante la II Guerra Mundial.

Shigeru Mizuki dibuja la crueldad de la guerra en el cómic "Operación muerte"
Shigeru Mizuki dibuja la crueldad de la guerra en el cómic "Operación muerte"

Madrid.- El maestro del cómic japonés Shigeru Mizuki ha plasmado en "Operación muerte" un relato autobiográfico, hecho con "rabia" e "impotencia", que desvela el desprecio del alto mando nipón por la vida de los soldados del ejército imperial durante la II Guerra Mundial.

"Los muertos nunca han podido contar la experiencia de la guerra. Yo puedo hacerlo", dice Mizuki en el epílogo del cómic, en un intento por criticar la terrible práctica del "gyokusai" (literalmente: "atacar hasta morir con dignidad"), es decir, el envío de jóvenes soldados a la muerte con la expresa prohibición de volver vivos.

"Operación muerte" (Astiberri), publicado originalmente en japonés en 1991, cuenta las desventuras de un grupo de soldados del ejército imperial japonés a las órdenes del comandante Tadokoro. Se trata de una obra "más autobiográfica que histórica", afirma el traductor de la novela, Alberto Sakai, en una entrevista telefónica con Efe.

"La guerra en Japón fue una experiencia bastante traumática para muchos, y por fin recientemente mucha gente que vivió esa época se está atreviendo a contar lo que ocurrió. Más que un interés por la historia, lo que hay es la necesidad de contar su vida, de dar su visión de lo que fue la guerra, el militarismo de esa época", añade Sakai.

En más de 300 páginas, el maestro Mizuki (Sakaiminato, Japón, 1922) va desgranando las vicisitudes de la soldadesca a través de su vida en la isla: las inclemencias del clima en la selva, la lluvia y el barro cotidianos, y la lucha día a día por conseguir alimentos. Pero por encima de todo ello está el constante abuso de las autoridades.

Con gran cantidad de onomatopeyas que hacen referencia a los golpes sufridos, los soldados de "Operación muerte" se ven sometidos, una y otra vez y sin razón aparente que lo justifique, a los imprevisibles manotazos de los altos cargos militares.

Y es que, como apunta el propio Mizuki en el epílogo, "en la jerarquía militar estaban primero los oficiales, luego los suboficiales, después los caballos y, finalmente, los soldados. Estos últimos no eran considerados como personas, sino como seres inferiores a los equinos".

En la novela gráfica, que logró el premio "Esencial Patrimonio" en el Salón Internacional del Cómic de Angoulême en 2009, Mizuki alterna los trazos sencillos aplicados a los personajes -en ocasiones reducidos al mínimo-, con un paisaje y unos fondos muy realistas y con gran cantidad de detalles.

De esta forma se acentúa el efecto contraste entre los personajes y el ambiente. El trazo realista de la selva la convierte en una agobiante protagonista de la historieta, y el enemigo sólo es concebido en forma de aviones bombarderos, barcos y tanques de ataque.

Y es que la obra, cargada de humor negro y crueldad, es el reflejo de las pequeñas historias, de la vida cotidiana en el sinsentido de la guerra. Como recuerda Mizuki, que perdió el brazo derecho durante la contienda y contrajo la malaria, "lo que se narra en este cómic es verídico en un 90 por ciento".

"¿Era necesario llegar hasta ese punto?", se pregunta el autor en relación con la orden que tenían los soldados de morir frente al enemigo. Y señala con impotencia: "Ya nadie puede escuchar la voz de los soldados muertos".

Javier M. Uzcátegui

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