"Si el club quiere, no será complicado acabar con el Frente Atlético"

    •  Según gente muy cercana al Atlético será “difícil impedir que sus accedan al campo sin simbología del grupo. Muchos pueden haber sacado entradas en otra parte del estadio y acceder".
    • "La directiva les ha dado lotes de entradas o desplazamientos. El Frente ha amenazado a jugadores para que les financiaran los viajes. Muchos accedieron y otros como Kiko se negaron".

En el Vicente Calderón mañana se jugarán dos partidos. Uno lo disputarán Atlético de Madrid y Villarreal sobre la hierba y el otro estará en las gradas donde no estarán muchos de miembros del Frente Atlético. Tras los lamentables altercados surgidos en la previa del partido ante el Deportivo, la directiva del club rojiblanco ha prohibido que los miembros identificados por la Policía accedan al estadio y que los presentes en la grada joven muestren algún material relacionado con el Frente Atlético.

“El Frente lo componen casi 4.000 personas (alrededor de 70 no podrán pasar mañana al estadio). Si el Atlético quiere prohibir el uso de pancartas, banderas o bufandas del Frente van a tener que abrir las puertas con muchas zonas de antelación (el grupo radical estará a las 17.30 en el estadio). Es difícil que no se cuele algún material referente al grupo radical. Las banderas son de un material muy fino y suelen enrollárselas en el cuerpo. Pueden pasar si la seguridad privada del Atlético no está lista. Teniendo en cuenta que las entradas son anónimas, cualquiera puede sacar una,  pueden haber comprado entradas en otras partes del estadio para poder acceder sin problema”, relata a este periódico una persona que conoce muy bien los entresijos del club madrileño y su relación con el grupo ultra.

El encuentro de mañana ha sido declarado como partido de alto riesgo por lo que habrá un despliegue de 740 efectivos. Así, habrá 250 agentes de la Policía Nacional pertenecientes a la UIP, UPR, Seguridad Ciudadana, Caballería y Guías Caninos. También contará con agentes de la Policía Municipal y miembros de la Cruz Roja, Samur y Protección Civil y seguridad privada del club, tanto vigilantes jurados como auxiliares. “Cuando los dispositivos son declarados de alto riesgo se incrementa el número de los cuerpos policiales del estado. Los policías de la UIP, la policía municipal y el club debe de reforzar el número de vigilantes de la seguridad privada. En el fondo sur se tendrán que identificar con DNI”, relata.

Accedan mañana al estadio o no miembros del Frente Atlético con simbología del grupo, la lucha del Atlético de Madrid con el grupo que lleva más de 33 años en el fondo sur será larga. “Si el club quiere, no será complicado acabar con el Frente Atlético. Como hizo por ejemplo Laporta en el Barcelona. No es que les cambiara de nombre, sino que les prohibió entrar al estadio.  La directiva les cambiará el nombre pero seguirán estando en el estadio. Por ejemplo, el Madrid les cambió el nombre y los veteranos de Ultra Sur siguen estando. Si un club de fútbol quiere, los ultras no acceden al estadio. Les conocen a todos. Los jefes del Frente Atlético siempre han presumido de las buenas relaciones con la directiva. No dejarán entrar a los que la Policia les ha dicho que han estado implicados en el apuñalamiento. Les han dado nombres y apellidos de esta gente”, afirma a este periódico.

La directiva daba al Frente Atlético lotes de entradas para que las pudiera vender. Se les facilitaban entradas en desplazamientos. También amenazaban a los jugadores para que les financiaran los viajes. Algunos los pagaron y otros se oponían como el caso de Kiko. ¿Nadie se acuerda? Fue una leyenda del Atlético de Madrid y le cantaban ‘Kiko muérete’ porque estaba en contra de ellos. También tenían más privilegios. Podían poner puestos alrededor del estadio, hacer tifos, tenían un cuarto dentro del estadio. Si la Policía quería intervenir no podía porque estaban dentro del estadio. Con algunos miembros de la directiva solían reunirse para pedir financiación o apoyo”, concluye una persona que es perfectamente conocedora de la relación de una relación de la directiva con los ultras que parece que ahora acaba.

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