Tailandia en alerta tras 14 muertos en atentados de la guerrilla musulmana

  • Canela Bangkok, 1 abr.- Las autoridades de Tailandia se encuentran hoy en alerta tras los atentados que la víspera causaron al menos 14 muertos y 450 heridos en el ataque más sangriento atribuido al movimiento separatista islámico en dos ciudades en el sur del país.

Gaspar Ruiz-Canela

Bangkok, 1 abr.- Las autoridades de Tailandia se encuentran hoy en alerta tras los atentados que la víspera causaron al menos 14 muertos y 450 heridos en el ataque más sangriento atribuido al movimiento separatista islámico en dos ciudades en el sur del país.

La primera ministra tailandesa, Yingluck Shinawatra, expresó sus condolencias a los familiares de las víctimas de las explosiones, que ayer causaron 11 muertos y un centenar de heridos en Yala y otros tres fallecidos y 350 heridos en la turística Hat Yai.

Yingluck indicó que las fuerzas de seguridad están investigando los ataques que achacó a la guerrilla musulmana, aunque no citó el nombre de la organización, explicó, para no interferir en las pesquisas policiales.

Las fuerzas de seguridad han incrementado la seguridad en todos los aeropuertos del país, donde no se han producido cancelaciones de vuelos debido a los atentados.

La primera bomba, colocada en una motocicleta, estalló al medio día en una concurrida calle comercial en Yala, en la provincia del mismo nombre parte de la región que conformaba el antiguo sultanato de Pattani, anexionado por Tailandia a principios del siglo XX.

Veinte minutos más tarde, explotó otro artefacto en un comercio en la misma avenida cuando numerosos viandantes observaban a la policía inspeccionar el lugar del atentado.

Los agentes indicaron que los explosivos de la primera bomba, que según calcularon debían pesar unos 60 ó 70 kilogramos, se encontraban en dos cilindros de gas en una coche de la marca Isuzu, mientras que la segunda estalló en un vehículo Toyota todoterreno.

"Es el peor ataque en los últimos años. Los supuestos insurgentes trataban de matar personas, para lo que eligieron una concurrida área comercial", señaló a la prensa local Pramote Promin, portavoz adjunto del Ejército.

La deflagración dejó destrozadas numerosas tiendas y vehículos aparcados en la calle.

Cerca de una hora después, un incendio provocado por una explosión en un hotel de Hat Yai, situado a unos 160 kilómetros de Yala, causó tres muertes y al menos 350 heridos.

En principio, las autoridades desligaron la explosión del ataque en Yala, pero tras inspeccionar el lugar rectificaron y la atribuyeron a rebeldes musulmanes.

El jefe regional de la Policía, Jakthip Chaijinda, afirmó que la explosión en Hat Yai "está probablemente relacionado con lo que ocurrió en Yala y puede haber sido planeado por el mismo grupo de insurgentes".

La bomba en Hat Yai, escondida en un vehículo, detonó en el sótano del hotel Gardens Plaza y provocó un incendio al reventar una tubería de gas que dejó atrapados a centenares de huéspedes en sus habitaciones, la mayoría turistas singapureses y malasios, hasta que fueron rescatados por los bomberos.

En este mismo hotel, cuatro personas, incluido un turista canadiense, fallecieron en 2006 en un atentado con seis bombas colocadas en la calle junto al edificio.

Hat Yai, en la provincia de Songkla, es un importante destino turístico y normalmente no sufre los asesinatos y atentados habituales en las provincias vecinas de Narathiwat, Pattani y Yala, de mayoría musulmana.

El sábado, la guerrilla musulmana también explosionó un artefacto en una motocicleta que hirió a un agente a medio centenar de metros de una comisaría en el distrito de Mae Lan en Pattani.

Los ataques con armas ligeras, asesinatos y atentados con explosivos se suceden casi a diario en las provincias de Pattani, Narathiwat y Yala, pese al despliegue de 31.000 agentes de las fuerzas de seguridad y a la declaración del estado de excepción.

Cerca de 5.300 personas han muerto a causa de la violencia en la región desde que el movimiento separatista islámico, formado por media decena de grupos, reanudó la lucha armada en enero de 2004.

Los insurgentes denuncian la discriminación que sufren por parte de la mayoría budista del país y exigen la creación de un Estado islámico que integre estas tres provincias, que configuraron el antiguo sultanato de Pattani, anexionado por Tailandia hace un siglo.

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