Tres muertes en Colombia vinculan el virus zika con la parálisis

Samuel Willenburg, uno de los 67 sobrevivientes que lograron escapar del campo de exterminio de Treblinka, en 1943, falleció el sábado por la noche al lado de su hija y esposa.

Sobreviviente final de la revuelta del campo de exterminio de Treblinka, falleció en su hogar en Israel a la edad de 93. Su funeral se llevará a cabo el lunes a las 3:00 PM en el Moshav Udim.

A la edad de 17 años, Willenburg se unió al ejército polaco y luchó contra los invasores nazis en 1939. Después de sobrevivir al Holocausto, trabajó como escultor y conmemoró con una de sus estatuas la revuelta Treblinka, cuando los prisioneros iniciaron una revuelta que dio lugar al escape exitoso de 67 de ellos.

Después de la revuelta, los nazis asesinaron a 900.000 judíos en 13 meses en Treblinka. Willenburg más tarde participó en el

levantamiento de Varsovia en 1944. Su relato ha sido inmortalizado en una autobiografía, "Sobrevivir a Treblinka", publicada en hebreo, polaco, e inglés en 2002, y en la película documental "El último testigo". El presidente de Polonia le dio la más alta condecoración militar otorgada por su país.
Su hija, Orit Willenburg-Giladi, dijo: "Mi padre se convirtió en una leyenda porque la memoria de Treblinka y sus atrocidades eran muy importantes para él. Quería contar las historias que sacudieron su alma, esa era la meta de su vida. Fue una persona maravillosa y un ejemplo para todos nosotros a causa de su valor, descaro, optimismo, y su tremenda alegría de vivir".

Willenburg solicitó recientemente que un nuevo edificio sea erigido en el sitio conmemorativo en Treblinka. "Vamos a seguir absolutamente su trabajo y llevaremos a cabo grandes esfuerzos para lograr su deseo final a buen término", dijo Eda Willenburg, su esposa.El virus del zika afecta a todo el continente, sin embargo, es en la ciudad colombiana de Turbo donde el virus está mostrando su lado más mortífero, según publica The Washington Post.

El virus se propagó de manera fugaz por las tierras bajas de Colombia, pero en Turbo surgió el brote el inusual síndrome de Guillain-Barré, un trastorno que debilita hasta el punto de impedir a una pequeña de diez años mover sus piernas durante la última semana.

Colombia dice que más de 30.000 ciudadanos han sido diagnosticados con Zika hasta ahora, con 97 casos relacionados con Guillain-Barré. El mismo patrón apareció durante el brote Zika en la Polinesia Francesa en 2013 y 2014, cuando al menos 42 pacientes, la mayoría de los cuales fueron diagnosticados con Zika, desarrollaron el síndrome de Guillain-Barré.

Turbo, una ciudad en la costa norte de Colombia, con una mayoría de población afrocolombiana de 60.000 personas en medio de las plantaciones de banano registraba tan solo un caso de síndrome de Guilain-Barré antes de la llegada del zika a la ciudad.

Sin embargo, en las últimas seis semanas se han detectado cinco casos del síndrome debilitante, todos ellos graves. Tres de los enfermos fallecieron y los otros dos pacientes luchan por su vida en una unidad de cuidados intensivos. Otros dos casos fueron registrados en EEUU y uno en Puerto Rico, y los tres fueron vinculados al virus zika.

La agresividad del síndrome de Guillain-Barre y las muertes que provoca cuestionan la actuación de los médicos colombiano y en América Latina en general.

La consecuencia que más reclamó la atención mundial fue el posible enlace con la microcefalia de bebés. En Brasil, estiman que existen más de 4.000 casos de microcefalia en recién nacidos que podrían estar relacionados con el virus transmitido por el mosquito Aedes Aegypti.

En la ciudad en que los canales de desagüe circulan por las calles, los servicios de emergencia se desbordan ante la acudida de cientos de personas con erupciones cutáneas, dolor en las articulaciones, dolores de cabeza y ojos inyectados en sangre, síntomas reveladores del zika. Los médicos les dan acetaminofeno y envían a los pacientes a casa a descansar.

A pesar del foco de reproducción del mosquito que supone el gran volumen de aguas estancadas de la ciudad, no hay inspectores de salud o equipos de fumigación para vigilar y terminar con los focos de contagio. Por el momento, todo el mundo almacena agua potable en tanques, jarras y botellas vacías.

Por otro lado, es difícil conocer si los enfermos con el síndrome albergan en su sangre el virus zika por falta de los test necesarios para comprobar el contagio de los pacientes.

La incidencia del síndrome de Guillain-Barré aumenta significativamente.

Uribe perdió la sensibilidad de su lengua y los músculos faciales y el 2 de febrero falleció por una hidroceflia severa, y su cerebro se inundó de líquido.

Al día siguiente, Edelberto Padilla, de 51 años, también murió por el síndrome de Guillain-Barre, con síntomas del zika.

Belarmina Ayarza, de 58 años, contrajo Zika mientras visitaba a su familia en Turbo en enero, y 10 días más tarde perdió la sensibilidad en sus piernas. Falleció poco después de un ataque al corazón en los brazos de su hijo.

El trastorno descubierto hace 100 años tiene una incidencia en la población de uno o dos casos por cada 100.000 personas. Los anticuerpos se vuelven contra el propio sistema nervioso del cuerpo y atacan a las células nerviosas, que confunden con un virus. Los anticuerpos atacan a la mielina y, por tanto, interrumpen la señal nerviosa que se transmite del cerebro a los músculos de todo el cuerpo.

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