Barcelona, 25 ene.- La Universidad de Barcelona (UB) ha admitido hoy que no puede apartar de las clases a un catedrático de Sociología de la Facultad de Economía que presuntamente sometió a varios alumnos a acoso sexual porque los hechos habrían prescrito, pese a los indicios de delito constatados por el campus y la Fiscalía.
En un comunicado remitido hoy, la UB asegura que varios alumnos expusieron a finales de 2011 ante los órganos de gobierno de la Facultad de Economía la existencia de presuntos episodios de acoso sexual por parte de un docente, lo que provocó que el rectorado abriera una información reservada y un expediente disciplinario para determinar si habían responsabilidades.
El rectorado vio "indicios de posibles hechos de apariencia delictiva", por lo que trasladó el caso a la Fiscalía, por si se podían derivar responsabilidades penales.
La UB asegura que los hechos denunciados, desvelados hoy por El País, se habían producido en el curso 2007-2008, por lo que habían prescrito ya a nivel administrativo, ya que habían pasado los tres años que marca la normativa para prescribir.
La Fiscalía abrió una investigación que concluyó también con el archivo de las diligencias en septiembre de 2013 al considerar que la prescripción de los hechos da también por extinguida la responsabilidad criminal, pese a asegurar que alguna de las actuaciones denunciadas podía tener cabida en una figura delictiva.
En el mismo comunicado, la UB reconoce que ha aplicado "con total rigor" todos los instrumentos a su alcance y de acuerdo con la normativa vigente para depurar posibles responsabilidades e insiste en que defiende una política de "tolerancia cero" hacia cualquier tipo de acoso a los alumnos.
El catedrático al que hacen referencia las denuncias de estudiantes, J.D.M., se encuentra en estos momentos de baja por paternidad y se reincorporará en principio a las clases hacia el próximo mes de abril, según han confirmado a Efe fuentes de la UB.
Las mismas fuentes han señalado que la universidad "vería bien", como una posible salida a la situación creada, que el catedrático aceptara prejubilarse ya que ahora tiene 67 años.
En caso contrario, el docente podría dar clase todavía durante tres años más, hasta los 70 que marca la legislación como edad de jubilación obligatoria para este colectivo.
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