Semanas de negociaciones terminaron este martes con esta propuesta que deberá ser ratificada el domingo en una asamblea de los militantes de la CUP, pequeña formación independentista radical que obtuvo diez diputados en las elecciones regionales del 27 de septiembre.
Con los 62 de la coalición Juntos por el Sí, constituyen la mayoría absoluta del parlamento regional que aprobó en noviembre una resolución declarando el inicio de un proceso independentista en esta región del noreste de España y la insumisión a las instituciones españolas.
"No es un acuerdo, es una propuesta de acuerdo de Juntos por el Sí que la CUP tiene que valorar en sus asambleas y validar si corresponde", precisó el portavoz de la coalición, Raul Romeva, en una rueda de prensa.
"Entendemos que es la última propuesta que hace Juntos por el Sí. Si la asamblea vota que no a esta propuesta, no hay posibilidad de acuerdo", señaló el portavoz de la CUP, Albert Botran, sin querer valorarla.
Si el desacuerdo se mantiene hasta el 9 de enero, se deberán convocar unas nuevas elecciones regionales.
En su propuesta, la coalición recoge varias medidas sociales presupuestadas con 270 millones de euros (un 1% del presupuesto total) como aumentar la subvención de comidas para niños pobres, evitar el corte de suministro energético a hogares sin recursos o frenar los desahucios.
Pero no ceden en una de las principales reclamaciones de la CUP: buscar un presidente alternativo al liberal Artur Mas, al que consideran demasiado conservador.
Si la CUP aceptara las condiciones, antes de terminar el año podrían escoger como presidente a Mas, quien debería formar gobierno con el objetivo de desplegar un plan para declarar la independencia en un plazo máximo de 18 meses.
Todo ello coincidiría con un momento de incertidumbre en España tras las elecciones legislativas del domingo, que dieron una justa victoria a los conservadores del jefe del ejecutivo saliente, Mariano Rajoy, pero insuficiente para formar gobierno.
En estos mismos comicios, los partidos independentistas sufrieron cierto retroceso en favor del partido de izquierda radical Podemos, que se opone a la secesión pero defiende un referéndum sobre la independencia como en Escocia o Quebec.
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