Kiev, 17 sep.- Varios centenares de ultranacionalistas ucranianos protestaron hoy contra la concesión del autogobierno a las zonas bajo control de los rebeldes prorrusos en las regiones de Donetsk y Lugansk, ambas limítrofes con Rusia.
"Las leyes no están claras. Exigimos a (el presidente ucraniano, Petró) Poroshenko que no las promulgue", dijo Artiom Skropadski, portavoz del partido Sector de Derechas (SD), según informa la agencia Interfax-Ucrania.
El ultranacionalista, cuyos partidarios se concentraron frente al edificio de la Presidencia en Kiev, se refería a la ley que concede tres años de autonomía a los insurgentes y una amplia amnistía a los milicianos que no hayan cometido crímenes graves.
"Como los combatientes llevaban pasamontañas será imposible determinar quién combatió y quién simplemente llevaba el agua", agregó.
El SD jugó un papel crucial en los disturbios que desembocaron en el derrocamiento en febrero del presidente ucraniano Víktor Yanukóvich, tras lo que crearon un batallón de voluntarios para combatir a los separatistas en Donetsk y Lugansk.
Los ultranacionalistas secundaron las críticas vertidas tras la aprobación ayer de las leyes por el líder del partido nacionalista Svoboda (Libertad), Oleg Tiagnibok, y la ex primera ministra Yulia Timoshenko.
Ambos acusaron a Poroshenko de rendir los intereses del Estado, poner en peligro la integridad territorial, legalizar a los terroristas y perjudicar la lengua estatal al permitir el libre uso del ruso.
No obstante, el primer ministro, Arseni Yatseniuk, mostró hoy su apoyo al presidente al asegurar que la citada ley no significa que Kiev reconozca las autoproclamadas repúblicas populares de Donetsk y Lugansk.
"Los ucranianos necesitan la paz. La guerra nos ha salido muy cara y, además, la vida humana tiene un valor incalculable. Muchos ucranianos han muerto en defensa de su país. Por eso, el precio ha sido muy alto", explicó.
En el plano financiero, Yatseniuk cifró en 80 millones de grivnas diarias (unos 6 millones de dólares) el coste de la guerra contra las milicias separatistas.
En la misma línea, el asesor presidencial, Nikolái Tomenko, reconoció que el autogobierno era la única vía "para garantizar la paz sin perder la soberanía, la integridad territorial y la unidad del país".
Y recordó que, como Ucrania sigue inmersa en un conflicto con la vecina Rusia, la operación antiterrorista lanzada por Kiev en abril no será suspendida.
Por el momento, los separatistas prorrusos únicamente han rechazado la posibilidad de que sea Kiev quien organice las elecciones locales previstas para el 7 de diciembre, según la ley de autogobierno aprobada por la Rada Suprema (Legislativo).
Por lo demás, los insurgentes se muestran dispuestos a utilizar las citadas leyes como base para continuar las negociaciones con Kiev, aunque descartan formar parte de un Estado unitario ucraniano.
El autogobierno afectará sólo a un tercio de Donetsk y Lugansk, es decir, el territorio bajo control rebelde cuando entró en vigor el alto el fuego acordado el pasado 5 de septiembre.
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