Un barrio pobre de Río de Janeiro, conmocionado por la matanza de 11 menores

  • Río de Janeiro.- El barrio de Realengo, en Río de Janeiro, despertó hoy con el horror de una matanza perpetrada en una escuela por un hombre que acabó a tiros con la vida de 11 niños y dejó heridos a otros 13, que se recuperan en hospitales de la ciudad.

La matanza de 12 estudiantes en una escuela de Río conmociona a Brasil
La matanza de 12 estudiantes en una escuela de Río conmociona a Brasil

Río de Janeiro.- El barrio de Realengo, en Río de Janeiro, despertó hoy con el horror de una matanza perpetrada en una escuela por un hombre que acabó a tiros con la vida de 11 niños y dejó heridos a otros 13, que se recuperan en hospitales de la ciudad.

"Fue algo horroroso. Los estudiantes y los profesores salieron gritando de la escuela y algunos de ellos se refugiaron en mi casa", relató a Efe Jul Antunes, que reside junto al colegio donde ocurrió el suceso.

Los vecinos de Realengo, un barrio de clase trabajadora localizado en la periferia de Río de Janeiro, se dividían hoy entre la incredulidad y la curiosidad al conocer que un joven cometió la peor matanza del país en un colegio público.

"Escuché los tiros, pero pensé que era otra cosa. Cuando abrí la puerta de mi casa, vi a los niños huyendo de la escuela. Uno de ellos incluso tenía un tiro en el hombro", añadió Antunes.

Al conocer el suceso, muchos vecinos, ávidos de curiosidad, se agolparon en los alrededores de la escuela Tasso da Silveira, que todavía permanece custodiada por la policía.

Antunes, que vive enfrente del colegio, dijo a Efe que llamó a la Policía al enterarse de que un pistolero había irrumpido en el colegio donde estudian 400 alumnos, incluida una de sus hijas, que salió ilesa del ataque.

Equipos médicos también se desplazaron hasta el centro de enseñanza para atender a los heridos y prestar ayuda psicológica a los familiares que llegaban a la escuela para interesarse por el estado de los niños.

En medio de una gran expectación mediática, la Policía introdujo en un furgón de la Defensa Civil una bolsa negra con el cadáver del autor de los disparos, Wellington Menezes Oliveira, que fue trasladado para su análisis forense.

Menezes Oliveira, que no tenía antecedentes policiales, causó el pánico entre los 400 estudiantes del colegio y entre los 250.000 vecinos de Realengo, que hoy se vieron sorprendidos por la presencia de decenas de periodistas que se desplazaron a este barrio para cubrir la matanza.

Algunos de los 13 alumnos heridos en el tiroteo, según el último recuento oficial, fueron trasladados al hospital Albert Schweitzer, adonde llegaban las familias entre sollozos y con gritos desgarradores para interesarse por el estado de salud de los niños.

Hasta ese lugar se desplazó una mujer para preguntar por su prima, estudiante del colegio, y en ese momento se desconocía si estaba entre los muertos o heridos.

"¡Ayúdenme a encontrarla!", rogaba la mujer, con una foto de su prima en la mano, a los numerosos medios de comunicación que se apostaban frente a las puertas del hospital.

Robson Carvalho, padre de dos estudiantes, relató que su hija, de 14 años, consiguió huir después de que el pistolero entrase en la escuela, mientras que su niño, que tampoco sufrió daños, se quedó en el colegio presa del pánico.

"Estaba a punto de irme a trabajar cuando mi hija me llamó desde su móvil y me contó que un hombre había entrado con una pistola en el centro", dijo Carvalho a periodistas.

Poco después del mediodía, cuando las autoridades finalmente dieron una lista oficial de muertos y heridos, algunos de los parientes se retiraron del hospital al constatar que los suyos no estaban entre las víctimas, mientras que otros permanecieron en el lugar para dar apoyo a quienes fueron tocados directamente por la tragedia.

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