Un movimiento ciudadano viaja en un bus que no quiere un corazón "partío"

  • Un gran corazón que une las banderas de España y Cataluña decora el autocar, que arranca del paseo de Sant Joan pasadas las diez. Su destino hoy Castelldefels, y su objetivo, convencer a los ciudadanos de que en las próximas elecciones catalanas voten a partidos contrarios a la independencia.

Gemma Bastida

Barcelona, 16 nov.- Un gran corazón que une las banderas de España y Cataluña decora el autocar, que arranca del paseo de Sant Joan pasadas las diez. Su destino hoy Castelldefels, y su objetivo, convencer a los ciudadanos de que en las próximas elecciones catalanas voten a partidos contrarios a la independencia.

El autobús lleva a bordo una decena de personas, miembros del Movimiento Cívico de España y Catalanes, la plataforma ciudadana presidida por Manel Parra que organizó la concentración a favor de la unidad de España del pasado 12 de octubre en Barcelona.

Bajo el eslogan "Dóna-li la volta" (Dale la vuelta), el "bus del corazón", como le han bautizado, circula estos días por diferentes ciudades catalanas enarbolando las banderas de España y Cataluña.

La plataforma asegura ser una entidad cívica, plural y sin adscripción política, aunque algunos de sus miembros militan en diferentes partidos. El propio Parra, que es profesor de instituto, fue concejal y portavoz del PP en Bellpuig d'Urgell (Lleida), aunque actualmente asegura estar "retirado de la política activa".

Desde hace dos meses, la vida de Parra gira en torno al Movimiento Cívico de España y Catalanes, entidad con unos 200 asociados que defiende que muchos catalanes se sienten también españoles y que la comunidad es y será más fuerte con España.

El movimiento, que según Parra se financia gracias a las donaciones de particulares y empresarios, ha invertido ya unos 25.000 euros en la organización de la concentración del 12 de octubre, en el alquiler del autocar y en material publicitario.

La iniciativa ha despertado el interés de medios extranjeros, de países como Holanda, Gran Bretaña o Japón. Hoy mismo Parra ha desayunado con dos periodistas nipones, a quienes ha explicado con mil y un argumentos por qué Cataluña tiene que seguir formando parte de España. Esperaban su turno uno de Reuters y otro de Telemadrid.

Parra carga contra un nacionalismo catalán excluyente y que "apuesta por la ruptura" y advierte de la necesidad de que los partidos "no separatistas" -cita explícitamente a PP, Ciutadans y UPyD- obtengan un buen resultado en las elecciones del próximo 25 de noviembre, "para hacer frente a la embestida separatista" de CiU.

Acompañado de cinco jóvenes "voluntarios", Parra ha llevado hoy su particular objetivo hasta Castelldefels, municipio gobernado por el número dos de las listas del PPC, Manuel Reyes.

Nada más llegar, ha acudido a su encuentro el joven alcalde, que le ha agradecido que haya gente dispuesta a defender públicamente el sentimiento de ser español y catalán. "Esto es realmente lo que sentimos, que somos catalanes y españoles", ha subrayado Reyes.

Tras el intercambio de palabras, Parra y los voluntarios, ataviados con una camiseta blanca con un corazón 'catalanoespañol', se han dirigido a pie hasta la céntrica plaza de L'Esglèsia para repartir entre los transeúntes folletos y chapas de la plataforma.

"No somos ningún partido, somos un movimiento civil que pide el voto para las formaciones que defienden la unidad de España", explica Parra a una mujer que atraviesa con premura la plaza empujando el cochecito de su nieta.

La mayoría de vecinos aceptan los dípticos que les facilitan los miembros del Movimiento Cívico de España y Catalanes. Unos se interesan por saber algo más de esta iniciativa, mientras que otros se limitan a cogerlos sin disimular cierto desinterés.

Los jubilados, muchos de ellos personas que llegaron a Cataluña hace décadas en busca de trabajo y un futuro mejor, son, en general, muy receptivos a las propuestas de la plataforma.

"Yo llevo aquí 52 años y soy español y catalán", comenta un vecino, mientras que otro, sentado a su lado, bromea con que él tiene "el corazón entero y sin ganas de marearlo".

La jornada de hoy ha sido tranquila, aunque no siempre es así. Ayer, en Mataró, dos voluntarias fueron increpadas por un vecino mientras repartían dípticos, mientras que el pasado martes unos individuos se colaron en el vehículo y robaron unos fusibles y cortaron unos cables para dejar inutilizado el embrague.

Parra, sin embargo, quita hierro a estos "casos puntuales". "Siempre hay algún intolerante", lamenta el presidente de la plataforma, que considera que estas situaciones son un claro ejemplo de que en Cataluña defender un sentimiento español y catalán aún no se ve con normalidad.

El 'bus del corazón' ha recorrido ya una veintena de ciudades catalanas, como Tarragona, Reus, Cornellà, Mataró, Terrassa, Sabadell o Rubí. El próximo destino, mañana: Lleida.

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