Un Pedro Sánchez eufórico presenta su candidatura en un discurso de investidura

    • El rostro de Pedro era muy distinto al del 20D, radiante, contento, no podía dejar de esbozar una sonrisa.
    • Si discurso fue contundente, como si de una investidura se tratara, solo mudó el rostro tras una pregunta sobre su retirada en defensa de sus ideas...y cuando habló de Rajoy.
El Rey propone a Pedro Sánchez someterse al debate de investidura
El Rey propone a Pedro Sánchez someterse al debate de investidura

Parecía que el Rey le había dicho minutos antes eso de Pedroooooooo y le había dado un Oscar. No fue un Oscar, sino la posibilidad de ser presidente del Gobierno. Pero al líder del PSOE le sentó igual de bien. Sonriente, relajado, bromeando con la prensa... Era otro Pedro, salvo cuando hablaba de Rajoy, claro, al que tiene una inquina especial.El para qué es lo que nos importa. Ocho acuerdos para un gobierno progresista y reformista https://t.co/T6829UfkJtpic.twitter.com/ps0Z9VamuB— PSOE (@PSOE) febrero 1, 2016

Era un Pedro muy distinto al demacrado del 20D, al que creía que ya era un cadáver político. Ahora, se ha convertido en un superviviente que va a por todas. Y que es capaz de aguantar y trilear a las viajes glorias y al Comité de su partido. Sánchez se ve fuerte y capaz.Hablaremos con partidos que tengan la voluntad de garantizar la integridad territorial de una España plural https://t.co/kNLCeLX7nv— PSOE (@PSOE) febrero 2, 2016

Habló Pedro en tono presidencial,asombrando a muchosque esperaban ese gesto de grandeza en Rajoy, pero no, Rajoy volvió a estar a lo suyo. El líder del PP volvió a usar la táctica de la espera. Lo puede salir bien, pero de este período sale más que tocado. Casi muerto para ser el líder a seguir, aunque Pedro le haya negado el pan y la sal. No obstante a lo largo de su discurso el tono fue conciliador con casi todos.

Con el Rey, "reconozco la exquisita labor del Rey en estas rondas de consultas". Con su los españoles: "Voy en serio,Traslado un mensaje de confianza a los españoles y españolas".El cambio está más cerca, la esperanza de un futuro mejor,más viva.Voy a trabajar para conseguirlo @sanchezcastejonpic.twitter.com/EIGttPxKzd— PSOE (@PSOE) febrero 2, 2016


Con los votantes del PP:"Todos los ciudadanos deben tener cabida en el proyecto de cambio" o su "Vamos a tender la mano tanto a izquierda como a derecha". Aunque pocos crean a un político cuando dice esto, Pedro se atrevió con la manida frase de "Pensemos en el bien común de los españoles y no en el bien de cada uno de los partidos políticos". Por momentos recordó el buenismo de ZP con frases como "los españoles se merecen unGobiernoserio.Yo quiero estar a la altura de las responsabilidades (¿recuerdan el no os fallaré?).

Y habló Pedro de regeneración, de empleo, de reforma del estatuto de trabajadores, de estabilizar déficit y deuda, de pacto educativo, de becas, de volver al pacto de Toledo, del ingreso mínimo vital, de la sanidad pública, de Estado Federal, de acabar con los aforados, de paridad, de acabar con el terrorismo contra la mujer.

Y así acabó, complacido, feliz, ante el reto que llevaba esperando tanto tiempo."Voy a proponer a todas las fuerzas políticas que abandonen los vetos y hablemos del cambio y del progreso. Porque el cambio no es de un líder y un partido solo. A partir de mañana vamos a iniciar un camino sereno cargado de responsabilidad, principios y generosidad. Pensemos en elbien común de los españolesy no en el bien de cada uno de los partidos políticos".Me veo gobernando con aquellos que compartan conmigo acabar con la reforma laboral del PP, reformar la Constitución... etc @sanchezcastejon— PSOE (@PSOE) febrero 2, 2016

Y dejó para el final a Cervantes (otro toque a lo ZP)."Soy muy consciente del desafío que afronto. Sé de las dificultades que entraña. Pero a lo largo de mi vida y trayectoria política nunca he olvidado aCervantes: A cualquier malbuen ánimo repara".¿Se acuerdan del Pedro del 20D? Hoy su rostro y su tono es otro

La noche del 20-D Pedro Sánchez mostraba un semblante radicalmente opuesto al de hoy, a medida que se conocían los resultados de la jornada electoral. Es verdad que, al filo de aquella medianoche, el líder socialista acabó salvando los muebles con sus magros resultados.El tsunami electoral dejaba configurado un escenario incierto que aún le permitía respirar cuando muchos lo consideraban un cadáver político.

Con el último aliento,Pedro intentó aquel 20 de diciembre cambiar el gesto rígido que le había acompañado durante toda la jornada, puertas adentro del búnker de Ferraz. Después salió a comparecer ante los medios de comunicación, con sus gestos "maquillados".Pero no podía ocultar lo inevitable: el PSOE había conseguido el peor resultado electoral de su historiaen una elección presidencial, perdió 20 escaños y quedó a merced de su gran enemigo de entonces, Pablo Iglesias. Sánchez supo entonces que tal vez podría gobernar con la abstención de Podemos, algo que ya imaginaba como arduo y complicado.

Serio, taciturno y reflexivo ante sus íntimos. Así se mostró Sánchez antes de aparecer ante las cámaras de TV que esperaban por su valoración de los comicios. Se había quedado al límite de lo que hubiera sido un rotundo fracaso. No convenció con aquellas palabras de que "España quiere izquierda, quiere un cambio". Había sudado demasiado la gota gorda en las horas previas.Ahora, es otro. Ahora va a por todas.

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