Un suplicio de torturas en las cárceles de los yihadistas en Siria

  • La actual ofensiva rebelde contra el Estado Islámico de Irak y del Levante, leal a Al Qaeda, ha supuesto la liberación de muchos prisioneros que los yihadistas mantenían en centros de detención en el norte de Siria, que han denunciado torturas como flagelaciones y descargas eléctricas.

Susana Samhan

Beirut, 11 ene.- La actual ofensiva rebelde contra el Estado Islámico de Irak y del Levante, leal a Al Qaeda, ha supuesto la liberación de muchos prisioneros que los yihadistas mantenían en centros de detención en el norte de Siria, que han denunciado torturas como flagelaciones y descargas eléctricas.

En la última semana, activistas y opositores sirios han colgado en internet vídeos, cuya autenticidad no ha podido ser comprobada, con el testimonio de supuestos exprisioneros que narran las atrocidades que han vivido.

En una grabación, quince miembros del Ejercito Libre Sirio (ELS), que habían sido capturados por el Estado Islámico de Irak y del Levante (ISIL, en sus siglas en inglés) y que fueron liberados en un ataque de los rebeldes contra las bases de los extremistas en el pueblo de Telmenes (norte), cuentan sus sufrimientos.

Uno de ellos, que no se identifica, fue testigo de torturas durante cinco días a un cabecilla insurgente, identificado como Uardan Qasum, dirigente de la Brigada de los Nietos del Profeta, para obligarle a confesar que era ateo, pese a que lo negaba. Al final, cuando lo reconoció, fue ejecutado por los radicales.

La investigadora de Amnistía Internacional (AI) Cilina Naser tuvo la oportunidad entre finales de noviembre y comienzos de diciembre de entrevistar a antiguos presos de los radicales que, tras ser liberados por sus captores, habían huido a Turquía.

"Se desconoce el número exacto tanto de los detenidos como de las cárceles de las que dispone ISIL, porque son secretas", apunta Naser a Efe.

Los centros de detención suelen situarse en antiguas instalaciones gubernamentales, tomadas por los leales Al Qaeda, como es el caso del edificio del Gobierno provincial en la localidad de Al Raqa (norte), en cuyo sótano retiene a prisioneros.

Según la analista, los detenidos pueden ser sospechosos de haber cometido algún delito ordinario o bien de haber contravenido algún precepto religioso, como mantener relaciones sexuales extramaritales o consumir alcohol.

También hay acusados de haber llevado a cabo actividades en contra de ISIL, como opositores al régimen de Bachar al Asad o activistas, a quienes no les gustan sus acciones o rechazan la instauración de un estado islámico en Siria.

"Algunos prisioneros son capturados por supuestamente colaborar con la Coalición Nacional Siria (CNFROS). A aquellos que trabajan con organizaciones internacionales y a los periodistas los consideran sospechosos de colaborar con la OTAN", detalla Naser.

Durante sus entrevistas, algunos antiguos presos le dijeron a Naser que habían visto a menores de edad en las cárceles de los yihadistas.

En uno de los vídeo aparecidos esta semana, un prisionero liberado durante la ofensiva insurgente da detalle de la historia de un adolescente, de quince años, identificado como Yihad Raslan, que supuestamente fue torturado bajo la acusación de ser un "shabiha", miliciano del régimen de Al Asad.

Los captores sometieron también presuntamente al menor a vejaciones y le arrancaron las uñas hasta obligarlo a confesar que había violado a tres mujeres y las había decapitado.

En opinión de Naser, las condiciones en las prisiones de ISIL son similares a las del régimen sirio.

"El método de tortura más habitual por parte de ISIL son los latigazos, seguido de la postura del 'aqrab' (escorpión), en la que el prisionero debe tocarse la espalda con un brazo, mientras que el otro pasa por encima del hombro de tal manera que ambas muñecas se unen por atrás", detalla.

Para Naser, esta manera de actuar se debe la intolerancia de los extremistas hacia quienes no están de acuerdo con ellos: "A gente que ha estado en contacto con ellos les han dicho que no estaban en Siria para luchar por la libertad, sino para crear un Estado Islámico y luchar contra los infieles", indica.

Desde el comienzo de los choques entre ISIL y los insurgentes el pasado día 3, los radicales han llevado a cabo ejecuciones colectivas de prisioneros, tanto rebeldes como civiles, según activistas.

Naser señala que antes de la batalla se ejecutaba a detenidos, pero de forma distinta porque se les sometía a una especie de "juicio", en la que un juez del Estado Islámico los sentenciaba a penas que podían ser de muerte: "Eran más bien ejecuciones sumarias".

"Actualmente, estamos muy preocupados por las recientes informaciones sobre las ejecuciones colectivas de detenidos, en venganza contra los que luchan contra ISIL", dice la activista.

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