Una española niega haber matado a su hija adoptiva china

  • Una española, acusada junto a su exmarido de haber drogado y asfixiado a su hija adoptiva china negó haber dado sedantes a su niña, este jueves en el juicio por el caso en Santiago de Compostela (Galicia, noroeste).

Tanto la abogada Rosario Porto como su expareja, el periodista Alfonso Basterra, negaron haber matado a su hija Asunta Yong Fang Basterra Porto, de 12 años, a la que adoptaron cuando era un bebé.

Los fiscales preguntaron a Porto por su divorcio y por la situación de Asunta en los meses anteriores a su muerte en septiembre de 2013, cuando su cadáver fue encontrado en una camino forestal en la localidad de Teo, cerca de Santiago.

La pareja está acusada de haber suministrado orfidal, un sedante, durante tres meses para acabar el 21 de septiembre de 2013 dándole "una cantidad del medicamento indicado necesariamente tóxica para posteriormente cuando hiciera efecto asfixiarla", según los documentos judiciales.

"No maté a mi hija", dijo Porto durante la vista mirando a los miembros del jurado, ante los que afirmó que la última vez que vio a su hija fue ese día en la puerta de su casa en Santiago donde la dejó.

Durante la instrucción, el juez encargado del caso afirmó que Porto había entrado en contradicciones y afirmado que Basterra había dado a la niña "polvos blancos", pero este jueves, Porto afirmó ante el tribunal que nadie -que ella supiera- había dado orfidal a la pequeña.

"Creo que como cónyuges no lo supimos hacer bien, pero creo que como padres, lo hicimos lo mejor que pudimos", dijo, antes de añadir que Asunta "era mi única preocupación".

También dijo que ese año había estado sufriendo depresiones y tomando ella misma el orfidal.

Tras las declaraciones de Porto, su exmarido, de 51 años, debería responder a su vez en la tarde de este jueves o el viernes.

Las acusaciones han solicitado unas penas de hasta 20 años de cárcel.

Los móviles de este crimen, que levantó una viva indignación en España y en el exterior, siguen siendo inciertos, ya que una primera hipótesis sobre una herencia de los abuelos maternos, de los que Asunta habría podido ser beneficiaria, fue descartada. El juez de instrucción se refirió a una pareja separada que mantenía unas relaciones complejas.

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