San Sebastián, 30 ago.- El lehendakari, Iñigo Urkullu, ha situado hoy el "desarme y disolución de ETA" como máxima prioridad en el camino del fin del terrorismo y ha reivindicado el valor del "suelo ético" pactado la pasada legislatura entre el PNV, el PSE/EE y el PP, con el que ha reclamado "nuevos compromisos".
Urkullu se ha referido a los próximos pasos que su Gobierno y el Parlamento vasco tienen previsto dar en materia de convivencia en las próximas semanas, durante su comparecencia tras la reunión del primer consejo del Gobierno en este curso político que, como es tradicional, se ha celebrado en el Palacio de Miramar de San Sebastián.
El lehendakari se ha mostrado tajante en el emplazamiento a ETA al enfatizar que "la principal exigencia de la sociedad vasca es el desarme y la disolución de ETA", aunque también existen otros pasos "que pueden ayudar en la normalización", como modificar la política penitenciaria.
Sin citar a la izquierda abertzale, ha manifestado que resulta necesaria "una revisión crítica del pasado", así como "compartir un suelo ético desde un ejercicio de reconocer la injusticia de la vulneración de derechos humanos".
"Hay un suelo ético fijado en la legislatura anterior que creo que no tiene que tener ningún problema para ser compartido", ha abundado el lehendakari.
Ha aclarado que el plan de paz que presentó el ejecutivo autonómico antes del verano "es del Gobierno vasco", por lo que se ejecutará independientemente del grado de acuerdo que logre concitar, aunque espera recibir aportaciones y, en la medida de lo posible, integrarlas en el texto.
El lehendakari ha querido dejar claro que el Plan de Paz y Convivencia del Gobierno vasco y la ponencia parlamentaria sobre este mismo asunto "son cuestiones diferentes". En el caso del primero, "el acuerdo es el objetivo, pero no es una premisa".
Urkullu ha recordado que el plan del Gobierno vasco cuenta con 18 medidas, de las que 12 "son relecturas" de iniciativas que se han planteado en el pasado y otras 6 son nuevas.
El "nudo gordiano" de esas medidas se dirige, ha explicado el mandatario vasco, a propiciar "una revisión crítica del pasado".
"Va a haber diagnósticos diferentes, pero hay que llegar a una conclusión común, que es la injusticia, la vulneración de derechos humanos, la revisión crítica del pasado", ha recalcado.
Aunque es consciente de que se trata de un ejercicio "difícil y delicado", Urkullu se ha mostrado "optimista", ya que los vascos han sido capaces "de pasar a otro nuevo tiempo", tras lo que ha emplazado a todas las fuerzas políticas a que se sitúen "en ese nuevo tiempo" y no se dediquen a "revivir polémicas y dinámicas que obedecen al pasado".
"No comparto en la sensación de que no se ha avanzado nada", ha insistido el lehendakari, quien ha emplazado a "seguir avanzando" y esforzarse por llegar a entendimientos entre partidos e instituciones respecto a los marcos de convivencia.
En su opinión, el principal factor que ayudó a entrar en una nueva fase sin violencia fue que la sociedad vasca "ha ido muy por delante de ETA". "¿Cómo no va a ser posible que los representantes de los partidos e instituciones no podamos compartir cosas para seguir avanzando", se ha preguntado.
"Yo no voy a estar quieto, voy a seguir trabajando, no vamos a estar quietos", ha advertido, al tiempo que ha mostrado su voluntad de "escuchar e integrar" las aportaciones que los grupos parlamentarios plantearán antes del 20 de septiembre. EFE
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