México, 28 may.- Un grupo de víctimas de la violencia en México reprochó hoy, en términos duros y directos, la gestión política a tres de los aspirantes a la Presidencia en México y les pidió comprometerse, gobiernen o no, con la paz del país.
En un evento convocado por el Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad (MPJD), abierto a la prensa pero sin público, las ONG espetaron a los políticos hechos de su pasado de los que fueron responsables directos en sus puestos públicos o mandatos en un diálogo
Pancartas críticas con leyendas como "Ya estamos hasta la madre" y "Ayúdanos a encontrar a los desaparecidos" se dejaron ver en el Castillo de Chapultepec de Ciudad de México ante los ojos de Enrique Peña Nieto, Andrés Manuel López Obrador, Josefina Vázquez Mota y Gabriel Quadri.
Vázquez Mota, del mismo partido que el presidente Felipe Calderón, cuyo combate a los grupos criminales implicó la militarización de algunos estados del país, escuchó a Martín Ramírez López, de Chiapas, denunciar el caso de un preso político que lleva doce años encarcelado injustamente.
Le dijo que las autoridades arrestan gente, sobre todo indígenas de escasos recursos, "de inmediato les fabrican un delito" y que, en general, "la tortura sigue siendo la manera cotidiana para obtener imputaciones" en un sistema de justicia "discriminatorio y racista".
Margarita López, que tiene una hija desaparecida en Oaxaca, pidió y logró el apoyo de la candidata del gobernante Partido Acción Nacional (PAN) para buscarla a nombre de "miles de madres" en su misma situación.
"No somos 20.000, somos muchos más. Mi caso no es el único señora", le gritó a la exministra en un acto en el que estuvieron figuras como el actor Gael García Bernal y el poeta Javier Sicilia, líder del MPJD.
El aspirante del Partido Revolucionario Institucional (PRI), Enrique Peña Nieto, escuchó de Trinidad Jiménez, del Frente del Pueblo en Defensa de la Tierra, una crítica feroz por los abusos sufridos el 3 y 4 de mayo de 2006 por ciudadanos que protestaban en San Salvador Atenco, Estado de México, contra el arresto de algunos compañeros y que fueron duramente reprimidos.
"No fue una situación fortuita, fue una venganza planeada de tu parte", una "venganza al pueblo que se resistió" a que le quitaran sus tierras, recordó, a propósito de unos hechos que dejaron dos muertos y más de un centenar de detenidos cuando gobernaba Peña Nieto.
La activista denunció que el PRI "trata al pueblo que lucha y se defiende peor que a delincuentes", y espetó a Peña Nieto, con rostro muy serio, que su candidatura representa "un gobierno prepotente y violento".
El aspirante respondió que él había sido "el primero en reconocer los excesos cometidos por algunos de los elementos que actuaron en esos operativos" y en atender las recomendaciones emitidas por la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), y confió en que la justicia del estado que gobernó llegue al final del caso.
En tanto, María Ignacia González Vega, con dos hijos desaparecidos, pidió al izquierdista López Obrador -quien gobernó la capital mexicana- detalles de cómo detendría la "absurda guerra" contra la delincuencia organizada y "cómo bajaría el 98,5 % de impunidad que existe en sistema de justicia mexicano".
"Perder a un hijo es lo más doloroso que hay, es más doloroso que la propia muerte", dijo González al lado de un Sicilia que escuchaba en silencio y quien también sufrió la pérdida de su hijo, Juan Francisco, a manos del crimen organizado.
Finalmente, Gabriel Quadri, postulado por Nueva Alianza (Panal), un partido creado por maestros sindicalizados, fue acusado de no ser un auténtico candidato ciudadano y de defender posturas de Elba Esther Gordillo, una líder sindical docente acusada en numerosas ocasiones de corrupción.
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