Vuelta a la cárcel de Gadafi

  • Van Dyke estuvo encarcelado durantes seis meses en una prisión en la capital libia. Una vez que los rebeldes han tomado Trípoli, el ciudadano estadounidense vuelve a la cárcel y cuenta su experiencia.
James Foley, Trípoli (Libia) | GlobalPost

(El siguiente vídeo está en inglés. Puedes leer su transcripción más abajo).

In situ: Van Dyke vuelve, de visita, a la prisión donde estuvo cautivo

El ciudadano estadounidense Matthew Van Dyke, de 32 años, había estado en Libia en 2008 y regresó de nuevo durante el levantamiento para ofrecerse como voluntario en calidad de civil.

A principios de marzo de 2011 estaba en la ciudad de Brega con algunos rebeldes cuando fue capturado por las fuerzas de Gadafi.

Aquí revive su experiencia en la prisión, ahora vacía, de Libia donde estuvo encarcelado.

La prisión de Abu Salim, la prisión más aterradora de Trípoli está ahora envuelta en cristales rotos y es una sombra de lo que fue. Las paredes llenas de mensajes en solitarias celdas individuales de 7 por 6 metros tienen ahora las cerraduras rotas y con los barrotes rotos tras conseguirse la libertad en un lugar oscuro.

Matthew Van Dyke conoce estas celdas demasiado bien. Abu Salim fue su casa durante 76 días. Fue capturado por las fuerzas de Gadafi a principios de marzo y había pasado casi 85 días en otra celda solitaria de la prisión.

“Ésta es la celda en la que estaba. Estaba aquí y tan sólo caminaba”, explica a la cámara Van Dyke.

Llegó a pensar que nunca volvería a ver Estados Unidos.

“Pasaba así todo el día”, dice el antiguo prisionero mientras camina en el reducido espacio que era su celda. “La idea es que si querías dormir, si podías dormir, si conseguías dormir unas 12 horas o así era la forma de tratar de escapar de ese infierno. Realmente soñaba con eso durante mucho tiempo. Me despertaba por las noches con pesadillas”.

Su única interacción era con el hombre que le llevaba la comida a través de una pequeña rendija en la puerta.

“Era el único sonido que oía aquí. Llegaba y abría el ventanuco. Era este sonido [el del pestillo]. Pensaba que sería acusado de pertenecer a Al Qaeda o a la CIA”, explica.

Hacía unas pequeñas marcas en la pared para no perder la noción del tiempo. Con las señales delante, Van Dyke dice cual es su significado: “Esto es para los días y esto para las semanas. Esto para los días de la semana y esto para los meses”.

Pero Matthew escapó cuando las tropas de Gadafi cayeron en Trípoli. ¿Cómo fue la huida?

“Estaba solo en mi celda sentado. Entonces empecé a oír ruidos. Oía cerraduras abriéndose y ruidos cada vez más cercanos. Escuché golpes en los barrotes de las celdas de al lado. Entonces escuché “algo está sucediendo fuera”. Pensé en un atentado, en un ataque de Al Qaeda. Pensé que venían a por mí”, dice Van Dyke tirado en medio de la pequeña celda.

“Entonces, se rompió la pared, un chico entró, abrió la puerta de golpe y dijo: “venga, vamos, vamos”, yo decía: “No, no gracias”. Finalmente dijo: Gadafi se acabó, Gadafi se acabó”.  Pensaba que era imposible. No tenía ni idea de lo que estaba sucediendo en el mundo”, explica el ex recluso de Gadafi.

“Entonces salí e iba caminando rápidamente por aquí”, dice mientras recorre un pasillo hacia el exterior). Cuando llega al patio explica que “había también mucha gente”.

“Cada vez había más y más prisioneros, quizás cerca de unos 100 o 200. Algunos tenían unas marcas terribles de latigazos, cicatrices, golpes en la espalda… Se agolparon en mi mente imágenes de la guerra que habían tenido lugar, de todo lo que había sucedido. Y entonces me dí cuenta de la realidad. Pensé que todo había pasado. Y pensé que era el mejor día de mi vida. Pensé: “soy libre, los libios también son libres”.

Esa noche fue la primera vez que hablé con mi madre y que hablé también con mi novia. Fue la primera vez en casi seis meses, que podía hacer eso. Ellas nunca perdieron la esperanza de encontrarme con vida pero yo pensé que estaba muerto. No puedo quejarme de la vida que he tenido. De mi vida aquí como periodista, haciendo mi trabajo como periodista. Estaba aquí por razones personales. El problema es que aquí estás tú solo, no tienes nada que hacer, tu mente vuela hacia unos lugares horribles y el factor psicológico es muy determinante”, dice pensativo Van Dyke.

“No me creo que esté vivo. No sé que hubiera sido de mí si los revolucionarios no hubieran derrotado a Gadafi. La gente me decía que pensaba que estaba vivo porque soy estadounidense y la gente piensa que eso es suficiente. Pero hay gente que ha estado aquí mucho tiempo, durante años, al margen de la legalidad”, termina desde la cárcel de las pesadillas.

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