"Y-55", el primer "huésped" del Museo de los Mártires de guerra en Guatemala

  • La osamenta de "Y-55", un líder sindical secuestrado y asesinado por el Ejército en 1984, es la primera "huésped" de un Museo sobre los Mártires de la guerra que desangró Guatemala entre 1960-1996.

Oscar René Oliva

Guatemala, 4 feb.- La osamenta de "Y-55", un líder sindical secuestrado y asesinado por el Ejército en 1984, es la primera "huésped" de un Museo sobre los Mártires de la guerra que desangró Guatemala entre 1960-1996.

El espacio, que fue abierto el pasado lunes, se llama "Museo Cementerio de Mártires del Conflicto Armado", y es el primero de su categoría en Guatemala.

"Y-55" era el código con el que fue identificado Amancio Samuel Villatoro, en el paquete N.10 del denominado "diario militar" de 73 páginas y 183 víctimas de la represión militar, según el "dossier de la muerte" desclasificado en 1999 por el Archivo Nacional de Seguridad de los Estados Unidos.

El diario militar es considerado un documento único que comprueba la sistematización de la represión militar en Guatemala durante el pasado conflicto armado.

Conocido con el pseudónimo de "Guillermo" y "René", a Amancio Samuel Villatoro se le identifica en la fotografía exhibida en el museo como "Y-55" y en el "dossier de la muerte" aparece escrita a mano la fecha 29.05.84 y el número "300", que significa que fue "ejecutado".

La creación del novedoso museo contó con el apoyo de un sindicato de enfermeras de Estados Unidos, y fue una idea de Samuel Villatoro, uno de los cuatro hijos del líder sindical que fue secuestrado el 30 de enero de 1984 en la capital y ejecutado ese mismo año.

Villatoro explicó a Efe que la "Y" era la letra con la que los militares identificaban a los miembros de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR), uno de los cuatro grupos guerrilleros que operó en Guatemala, y el 55 era el número de víctima con la que se le identificó en el dossier de la inteligencia castrense.

El propósito de crear el museo "es para dignificar a las 200.000 víctimas y 45.000 desaparecidos del conflicto armado", señaló Villatoro, quien tenía 8 años cuando su padre fue secuestrado.

Comentó que inicialmente están enfocados en dignificar la memoria de 140 de las 183 víctimas del diario militar que creen siguen desaparecidas, porque el resto "quedó libre y no fue ejecutado".

"En nuestro primer espacio exponemos la ficha técnica que tenía la Inteligencia Militar de cada persona, el nombre, pseudónimo con el cual trabajaban en las organizaciones, descripción de lo que sabían de sus acciones, el día de su secuestro y el día de su ejecución", anotó.

La mayoría de las 140 fotografías colocadas en la pared de este "mini museo", que apenas mide 4,5 por 4,66 metros, tienen el código "300", y al pie están cuatro pequeños ataúdes de madera que simbolizan la espera de las víctimas.

Villatoro explicó que su familia decidió exhibir la osamenta de su padre porque "enterrarlo significaba enterrar su historia".

"Al momento de ver (la osamenta) después de 28 años nos surge un sentimiento de no querer separarnos de él y sale la idea de exhibirla en este museo. No queremos levantar ningún sentimiento de odio de ninguna persona, lo que queremos nadas más es dar la verdadera historia de los años setenta y ochenta", explicó.

En el pequeño cuatro donde está la osamenta, en una especie de cámara de vidrio, también está una vitrina que contiene un pantalón, los restos de una playera, botas de caminar con las que el sindicalista estuvo enterrado.

Villatoro recordó que el 30 de enero de 1984, cuando su padre salió de su casa sabían "que no iba a volver".

Según Villatoro, con la exhibición de la osamenta rompen "la cultura en Guatemala", y aclaró que será decisión de cada familia de las víctimas del conflicto seguir el ejemplo de la suya.

En el museo tendrán cabida víctimas no solo de la guerrilla sino también del Ejército, porque "el que dio la vida por su patria es un mártir".

La osamenta de Villatoro, que tenía 47 años cuando fue detenido-desaparecido, fue localizada el 7 de septiembre de 2003 por antropólogos de la Fundación de Antropología Forense de Guatemala (FAFG) en un cementerio clandestino ubicado en un antiguo destacamento militar en Comalapa, en el departamento occidental de de Chimaltenango.

Su plena identificación, sin embargo, se registró en noviembre de 2011 con a pruebas de ADN practicadas a los restos y a sus familiares.

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